El Parador que recuperó el Palacio Ducal de Lerma (Burgos)
El Parador de Lerma celebra sus 20 años de historia, durante los cuales se ha consolidado como un referente económico y turístico para la Villa
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El 10 de abril de 2003, abrió sus puertas el Parador de Lerma, un alojamiento hostelero situado en uno de los edificios más emblemáticos del país, el Palacio ducal de Lerma, una edificación del siglo XVII mandada construir por el I duque de Lerma, Francisco de Sandoval y Rojas. Veinte años después, y con miles de visitantes hospedados en sus estancias, este Parador continúa erigiéndose como uno de los destinos turísticos más demandados de la provincia burgalesa.
“Estos veinte años han sido de muchísimo trabajo e ilusión”, asegura la director del Parador, Eva Legaza, que recuerda que los objetivos han estado centrados en “fomentar el turismo y el trabajo en Lerma”, dando también un “impulso económico” a la Villa. En este sentido, explica que desde su inauguración en 2003, el Parador ha sido un “referente” para el pueblo, algo que se puede apreciar en su entorno, dado que se abrieron restaurantes, casas rurales y negocios, que se orientaron hacia el casco histórico de la localidad.
Legaza recuerda que los primeros años, 2003-2004 fueron “buenísimos”, dado que las aperturas e inauguraciones suelen ser “muy potentes”, y recuerda que el Parador abrió sus puertas con el objetivo de “dinamizar” la zona. Un reto que ha conseguido en estos veinte años, porque cada vez han tenido “más y más trabajo”, atrayendo a diferentes tipos de clientes.
En este sentido, la directora del Parador señala que reciben clientes turísticos, pero también muchos que viajan por motivos de trabajo o deseando conocer más sobre la historia del lugar. Otros, viajan hasta allí para disfrutar de la naturaleza y realizar actividades al aire libre, como puede ser el golf o montar en bicicleta. Agosto suele ser el mes que más visitantes reciben, aunque también son importantes los meses de mayo, septiembre y octubre.
En 2022, el Parador Nacional de Lerma alojó en sus instalaciones a 23.000 clientes, de los cuales, 16.700 fueron de España, y el resto extranjeros, procedentes en su mayoría de Francia, Reino Unido o Alemania, siendo el primer país el que más clientes atrae al Parador. En el caso de España, la muchos de los turistas que llegan a Lerma y se alojan en el Palacio, provienen de Madrid, aunque también cuentan con un amplio porcentaje de visitantes de Castilla y León y País Vasco.
“La mayoría de nuestros clientes son parejas o que vienen de forma individual, para trabajar”, explica la directora del Parador, destacando también a aquellos turistas que acuden hasta la Villa para visitar su entorno y realizar diferentes actividades al aire libre. De hecho, el Parador de Lerma se encuentra dentro de los Paradores Cycling, fomentando así el “turismo de naturaleza”.
“El cliente puede encontrar todo tipo de lujos a su alcance”, recuerdan desde el Parador, haciendo alusión también a los “maravillosos espacios” que posee para la celebración de bodas, eventos y reuniones, y la oferta de restaurantes y actividades. En esta línea, recuerdan su apuesta por la gastronomía del lugar, y por los vinos de la Denominación de Origen Arlanza.
Veinte años de historia que desde el Parador esperan que se conviertan en otros veinte, y por ello, se marcan como objetivo “seguir creciendo” y aumentar con ello el número de visitantes, mejorando también el “confort” de sus clientes “renovándose siempre”. “No podemos pensar que porque el edificio es maravilloso, lo tenemos todo hecho. Tenemos que seguir mejorando y cuidando las instalaciones, adaptándolas a las nuevas tendencias”. Por ello, afirma que desde el Parador de Lerma se sienten “cien por cien” identificados con la sostenibilidad, y ser “más eficaces”.
Un edificio con historia
El duque de Lerma, válido del rey Felipe III mandó construir este Palacio en 1601, aprovechando el emplazamiento de un antiguo castillo medieval del siglo XV. Fue concebido en su inicio como morada ducal, pero también serviría para acoger a la corte del rey, asiduo invitado del duque.
“El edificio como tal es espectacular, solamente la arquitectura que tiene ya merece ser vista”, apunta la directora del Parador, poniendo en valor no solo la arquitectura de este conocido Palacio, sino también la historia que encierra. Compuesto por 210 balcones de hierro y 135 ventanas entre buhardas y rejas, el Palacio se sitúa en la Plaza Mayor de Lerma, y fue testigo de grandes eventos.
En el lugar se celebró una boda real, una reina dio a luz, e incluso en sus estancias durmió Napoleón Bonaparte, ya que fue utilizado como cuartel general durante la invasión napoleónica. También se utilizó como cárcel durante la Guerra Civil. Sin embargo, destaca especialmente su patio principal, que en su momento acogió el estreno de obras de grandes autores del Siglo de Oro, como Lope de Vega o Francisco de Quevedo. “La historia que encierra Lerma, con todo lo que representa la figura del duque de Lerma es ya de por sí de enorme importancia”, reconoce Legaza.