El PP gana las elecciones en Castilla y León, pero depende de Vox para gobernar

El PSOE, con 28 escaños -siete menos de los que obtuvo en 2019- no tiene posibilidades de sumar con los otros partidos que han logrado representación

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El PP ha sido el partido más votado en las elecciones de Castilla y León, al conseguir 31 escaños, dos más de los que tenía pero lejos del objetivo de acercarse a la mayoría absoluta, por lo que dependerá de Vox para gobernar, ya que este partido ha conseguido 13 representantes; mientras que el PSOE, con 28 parlamentarios, no tiene posibilidades de sumar con otros partidos, con el 98% del voto escrutado.

La única suma viable para acometer una investidura y la formación de un gobierno es la del PP y Vox, ya que juntarían hasta 44 procuradores, tres por encima de los 41 establecidos para la mayoría parlamentaria en las Cortes de Castilla y León, con la duda de si el partido de Abascal accederá o no al Gobierno, aunque ya en sus primeras reacciones han avisado de que creen que tienen derecho y deber de hacerlo.

Las irrupciones más destacadas de estos comicios son las de Vox, que pasa de 1 a 13 representantes, con presencia en todas las provincias excepto Soria, donde precisamente se produce la otra gran novedad, con el holgado triunfo de Soria Ya-España Vaciada, con tres escaños, frente al PP y al PSOE que han logrado únicamente uno cada uno.

Precisamente estos dos escaños que el PSOE ha cedido a la nueva formación en Soria, junto con los dos que le ha arrebatado la Unión del Pueblo Leonés en León, que escala hasta los tres representantes, han resultado claves en el resultado final a nivel autonómico para los socialistas.

El gran damnificado de estas elecciones ha sido Ciudadanos, que se ha dejado once procuradores respecto a 2019 y únicamente su cabeza de lista y exvicepresidente de la Junta, Francisco Igea, ha logrado escaño por Valladolid, donde también ha logrado su único procurador Unidas Podemos, mientras que ha perdido los dos que logró en los anteriores comicios en Burgos y León.

En el caso de Por Ávila, el último de los partidos con representación en las Cortes de Castilla y León tras los comicios de hoy, repite con su representante por la provincia abulense, con un incremento de votos respecto a 2019.

La ley electoral de Castilla y León y el reparto de escaños por cada una de las nueve circunscripciones presenta paradojas, como que Soria Ya ha conseguido tres procuradores con menos de 20.000 votos concentrados en esa circunscripción, mientras que candidaturas como Unidas Podemos o Ciudadanos tienen casi el triple de respaldos pero distribuidos por varias provincias.

EL AUGE DE VOX PONE PATAS ARRIBA EL TABLERO NACIONAL

La ajustada victoria del PP en Castilla y León, que le obligará a pactar con Vox, el partido con el que pugna por el espacio de la derecha y que ha tenido un resultado sin precedentes en los comicios de este domingo, pone patas arriba el panorama político nacional y abre una vía inexplorada en la estrategia de pactos para futuras citas electorales.

El PP de Alfonso Fernández Mañueco y de Pablo Casado había adelantado las elecciones confiado en que la segura debacle de Ciudadanos, hasta ahora su socio de gobierno, le allanaría el camino para una cómoda mayoría, al estilo de Isabel Díaz Ayuso en Madrid. Sin embargo y conforme avanzaba la campaña, las expectativas de voto del PP se iban recortando y se confirmaba el presagio de que Mañueco tendría que pagar el duro peaje de Vox para mantener la Presidencia de la comunidad. Un vaticinio que se ha confirmado este domingo con esta justa de los estrategas del PP.

Y es que la casi desaparición de Ciudadanos, en lugar de reforzar al PP hasta el borde de la mayoría absoluta, no ha hecho más que alimentar a Vox, que supera ampliamente el 17 por ciento de los votos, por encima incluso de su resultado en Castilla y León en las elecciones generales de 2019. Santiago Abascal, el gran vencedor de la noche, ya ha dejado claro que para apoyar al PP, su candidato Juan García-Gallardo tendrá que ser vicepresidente de la Junta.

De aceptar Mañueco, sería la primera vez que Vox entra en un Ejecutivo autonómico, un experimento que podría extenderse a otras comunidades y abre una camino de pactos con la extrema derecha hasta ahora ignoto en España.

La mirada se centra de inmediato en Andalucía, donde el 'popular' Juan Manuel Moreno Bonilla debe estar ahora tentándose la ropa antes de convocar las elecciones autonómicas porque podría acabar como su compañero de Castilla y León, cambiando un socio como Ciudadanos, con el que ha habido entendimiento, por otro como Vox, de más difícil encaje.

Más allá del PP y de las repercusiones que pueda tener en el liderazgo nacional del propio Pablo Casado, el PSOE de Luis Tudanca tampoco ha tenido una buena noche. Ha bajado en votos y en escaños y ni siquiera se ha acercado a su objetivo de gobernar junto a Unidas Podemos y los partidos de la España vacía.

Y es que su socio en el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez, Unidas Podemos, tampoco ha aguantado el tsunami de Vox, que ha trastocado todos los repartos de escaños, provincia a provincia.

De nada ha servido que Podemos uniera sus fuerzas a Izquierda Unida, un partido que gobierna en el ayuntamiento de Zamora -su única capital de toda España- y que siempre había contado con cierta implantación en el territorio.

Por contra, ha perdido uno de los dos procuradores que tenía en las Cortes y ha quedado muy lejos de servir de alguna ayuda al PSOE para arrebatar al PP el gobierno de la región.

En el PSOE niegan que estén decepcionados y señalan al PP como el gran perdedor de la noche, porque convocó elecciones para gobernar en solitario y lo tendrá que hacer con Vox. "Para este viaje no hacían falta estas alforjas", ironizan en Ferraz, obviando los siete escaños que han perdido en las elecciones. Un durísimo correctivo que recuerda al sufrido en mayo en Madrid y que tendrá su lectura en Ferraz.

Derrota sin paliativos la de Ciudadanos, que se deja once procuradores por el camino pero que, sin embargo, ha conseguido salvar un diputado, el de su líder y exvicepresidente regional, Francisco Igea.

Penúltima debacle de Ciudadanos que, comicios tras comicios, va pasando de ser la llave de la gobernabilidad a la más completa irrelevancia y que dibuja, ya sin paños calientes, el camino de la extinción del partido que fundara Albert Rivera. El último elemento de la noche electoral es el auge de los partidos de la llamada España vaciada y que tarde o temprano tendrá su reflejo en la política nacional. Unión del Pueblo Leonés sube de uno a tres escaños, entra en las Cortes Soria YA, con dos procuradores, y Por Ávila conserva el parlamentario que ya tenía.

Salvo sorpresa mayúscula por una falta de acuerdo entre PP y Vox, los partidos de la España vaciada no serán cruciales a la hora de formar gobierno en Castilla y León, pero su crecimiento es un ejemplo para otros proyectos políticos que vienen empujando desde otros territorios y reclaman apoyo para las zonas más desfavorecidas al margen de los partidos tradicionales.

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