Los daños en la iglesia de San Martín son mayores de lo pensado

La afección en el chapitel de la torre de la iglesia de San Martín es mayor de lo que se había pensado inicialmente. Se creía que una actuación con grúa iba a bastar para solventar el riesgo de desprendimiento descubierto en la parte alta del campanario del templo románico que se ubica en la Calle Real de Segovia. Sin embargo, las labores desde la grúa han permitido tomar imágenes que han certificado un daño más grave.

Por eso, será necesario un trabajo integral, tanto desde el exterior como desde el interior, tal y como ha confirmado a COPE el delegado diocesano de Patrimonio, Alberto Espinosa, que ha aludido a un informe conocido en la misma mañana de este miércoles y cuyo contenido ha desvelado como primicia.

El Obispado, por tanto, quiere iniciar un diálogo con la Junta de Castilla y León, a través del Servicio Territorial de Cultura y Turismo, para que el plan que existía inicialmente se extienda a esa actuación integral. Espinosa ha confirmado que se tendrán que colocar andamios y que el problema del chapitel de San Martín es consecuencia de la "vejez".

Como ha explicado, esa estructura es de madera, sobre la que aparece un forro de plomo, que sirve de base para la pizarra. La madera se ha ido pudriendo con el paso del tiempo y ha originado el riesgo de desprendimiento que se ha comprobado recientemente y que ha motivado que el Ayuntamiento de Segovia acordone la zona de la Calle Real más próxima al templo.

El problema detectado en la iglesia de San Martín llega unos meses después de que se tuviera que actuar en la de San Esteban, donde se tuvo que retirar la gran veleta en forma de gallo, ante la amenaza de derrumbe de uno de los campanarios románicos más altos de Europa. Tras el arreglo, la recolocación sigue esperando. Primero se quiso dejar pasar el invierno, a la espera de mejor meteorología. Después el estado de alarma y la pandemia ha influido también y, ahora, ha aparecido un problema de índole "ecológica", como ha comentado el delegado diocesano de Patrimonio.

Y es que una cigüeña ha anidado en la parte más alta del templo y hay que esperar a que regrese a África, para tener el permiso de actuación. Una situación que se espera para el mes de agosto, según Espinosa, una vez que el ave ya haya criado. Asimismo, ha confirmado la preocupación que existe en el Obispado por el estado de las iglesias románicas del Casco Histórico de la ciudad, que "necesitan cariño". Unos templos "preciosos" que se han visto perjudicado por el proceso de despoblación de esa zona de la capital segoviana.

Aquellas iglesias que mantienen feligresía y culto continuo están en una mejor posición, puesto que es más sencillo detectar las "averías". Así, Espinosa ha citado el ejemplo de la de la Santísima Trinidad. En el lado contrario se situaría precisamente el templo de San Esteban, cerrado al culto desde hace años.