Así ha eludido la cárcel una jugadora patológica rehabilitada: "El fiscal pedía 3.000 euros"
Coincidiendo con el Día Mundial de la Salud Mental las asociaciones piden más prevención para evitar casos como el de María
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Cuando María se sentó por primera vez delante de un micrófono de COPE Valladolid su semblante era serio, muy serio. En su mirada se adivinaban el miedo y la incertidumbre. Entonces, sobre esta jugadora patológica rehabilitada, que había llegado a robar para poder seguir jugando a la tragaperras, pesaba una petición de cárcel que el Ministerio Fiscal elevó hasta los seis años. La alternativa a entrar en prisión, pagar 3.000 euros de los que no disponía.
Cinco meses después de aquella entrevista María ha recuperado la sonrisa. Ha conseguido eludir la cárcel gracias a una recaudación de fondos impulsada por la Asociación de Jugadores Patológicos Rehabilitados de Valladolid (Ajupareva). Y, aunque “el daño” infligido a las víctimas de sus robos la va a acompañar “siempre”, reconoce estar “disfrutando de la libertad cada segundo que pasa”.
Adicción al juego
María ha vuelto a ser “feliz”. Atrás quedan meses en los que sintió que “lo tenía todo perdido”. Meses en los que, presa del miedo a entrar en prisión, llegó a esconderse en portales con solo ver o escuchar las sirenas de la Policía.
Al echar la vista atrás, después de un año y siete meses sin jugar a la tragaperras, esta jugadora patológica reconoce que no fue consciente de su adicción hasta que sintió la presión de los grilletes en sus manos. “Me derrumbe cuando me detuvieron”, confiesa. Y “fue subiendo la cuesta al Juzgado” cuando se dijo: “Algo me está pasando, no es normal que haya llegado a este extremo”.
Más prevención
Coincidiendo con este Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada 10 de octubre, las asociaciones piden más prevención para evitar casos como el de María.
Desde Ajupareva, su presidente, Ángel Aranzana, denuncia la falta de fondos para continuar con su atención diaria a jugadores patológicos y reclaman campañas informativas más intensas.
“Se tenía que haber empezado a prevenir antes”, se lamenta Aranzana. A su juicio, “se está haciendo poco” si se compara con otras campañas, como la prohibición de dar publicidad al consumo de alcohol o tabaco.