El consejo de un médico de Valladolid a las puertas de la jubilación: "Eso es un error"

Han sido muchos años, 37, en los le he han dado las 10:00 y las 11:00, las 12:00 y la 1:00 y, como diría Sabina, se lo encontró la luna. En su caso, enfundado en una impoluta bata blanca como las de antes, como las de siempre, la de los médicos que no pierden el apresto por muchas horas que lleven al volante. Es hombre de aparente gesto serio, muy recio, castellano y con un fuerte compromiso con la medicina. El Doctor José Ignacio González cuelga la bata en el Hospital Clínico de Valladolid tras casi cuatro décadas al servicio de la ginecología. Ha sido jefe de la unidad durante 17 años y hace balance en Herrera en COPE Valladolid.

Dice que su amor por la medicina surgió frente a una magna biblioteca de una vecino. Había grandes tomos de una disciplina que comenzaba ya despertar su interés. La ginecología llegó después durante los años en en los que estudió en la Facultad de Medicina de Valladolid.

Aunque tenía plaza en el Hospital de la Paz, echó raíces en Valladolid y se estrenó en el ambulatorio de La Pilarica, antes de pasar al hispital Clínico donde ha desarrollado una gran actividad asistencial. Recuerda que en sus inicios, llegaban a atender unos 20 partos diarios, entonces se producían unos 5.000 partos al año...hoy, nada que ver. Como buen vitalista, es un gran defensor de la vida, por eso se declaró objetor de conciencia ante la ley del aborto.

Una referencia en el diagnóstico precoz del cáncer ginecológico

Pese al apego a su tierra y a sus raíces, no dudó en acercarse a los grandes hospitales de Madrid o Barcelona de donde tomó nota de los grandes avances que en ginecología se iban produciendo. El gran despliegue se produjo en Valladolid en los últimos años y eso le ha permtiido además convertirse en una referencia en el diagnóstico precoz del cáncer ginecológico. Ha impulsado desde el Hospital Clínico de Valladolid las unidades de mama, de oncología, cirugía oncológica, de suelo pélvico, una referencia en Castilla y León, o la unidad materno fetal.

El diagnóstico por imagen ha venido a echar una mano a esta especialidad, pero tiene claro que no hay que perder de vista que el tú a tú con el paciente, el contacto, las manos del médico, son la mejor herramienta para el ejercicio profesional.