Repostar costará más en otoño: Las gasolineras avanzan una nueva subida de precios

¿Ha tocado techo la escalada de precios del combustible? Parece que, de momento, no. Lo habrás notado. En Castilla y León pagamos el litro por encima de 1,7 euros. En esta situación, el consumo se contrae porque los precios son “inasumiblemente” altos, ha dicho hoy en Valladolid el director general de la Confederación Nacional de Estaciones de Servicio. Nacho Rabadán, ha hecho referencia a la posibilidad de poner en marcha medidas de ayuda como la bonificación de los 20 céntimos por litro, de la que dice que aunque con buena intención, estuvo “mal diseñada y peor ejecutada”.

“Que no se piensen que por dispensar gasolina o gasóleo tenemos un pozo de petroleo debajo y que podemos adelantar 40.000 euros alegremente todos los meses. 40.000 euros que, por cierto, algún asociado nos dijo que la semana pasada, aún estaba cobrando lo último que adelantó”, nos cuenta el responsable de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES).

¿Propuestas? Como ya se ha hecho con la electricidad, habría que repensar, dice Rabadán, la fiscalidad de los hidrocarburos y por ejemplo, primar el bioetanol como ya se hace en otros países como Francia. “No somos una petrolera, dice, y esto lo tiene que tener en cuenta tanto la sociedad como la Administración.

“El año pasado, la Administración recaudó por hidrocarburos en torno a 25.000 millones de euros. Se vio beneficiada en cuanto a recaudación fiscal por el incremento de los precios”.

Castilla y León cuenta con 1.115 instalaciones, de las que el 70 por ciento son Pymes. Por el momento, sigue siendo “ruinosa” la puesta en marcha de las conocidas como 'electrolineras'. Y es que, aunque hay ayudas públicas, ni en una década se puede amomortizar la inversión. El cliente demanda en más de 99 por ciento gasolina y gasoil y cuando se pida otra cosa “allí estaremos”, sentencia.

La ayuda pública para la instalación de puntos de recarga para vehículos eléctricos puede alcanzar hasta el 40 por ciento, además de que el pago de esa subvención pueda tardar hasta dos años. “La inversión a día de hoy es absolutamente ruinosa. Nosotros hicimos un informe en el que queda patente que ni en 10 años se podría amortizar”, lamenta.