El cierre de bares y restaurantes desata las protestas en Cataluña

El cierre de bares y restaurantes dictado por el Govern para intentar frenar el incremento de contagios de la COVID-19 ha desatado este viernes concentraciones de protesta del sector empresarial, mientras el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) lo ha avalado.

Según ha informado el alto tribunal catalán, la sala contenciosa del TSJC ha autorizado, con un voto particular en contra, las medidas planteadas por el Govern que necesitaban el aval judicial ya que afectaban a derechos fundamentales, como limitar las reuniones a un máximo de seis personas, suspender la actividad presencial en universidades y la reducción de aforo en espacios de culto.

Las nuevas restricciones decretadas por el Govern para la contención de la COVID, entre las que también se incluyen el cierre de bares y restaurantes, han entrado en vigor después de publicarse esta madrugada en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC), a excepción de tres apartados que estaban condicionados a la autorización del TSJC.

Con el beneplácito judicial, las nuevas restricciones se han comenzado ya a notar hoy, viernes, en muchas calles céntricas de las ciudades catalanas, en las que son habituales las terrazas de bares y restaurantes y que han amanecido con las persianas bajadas o con servicio solo para llevar.

Mientras tanto, con una cacerolada y bajo el lema "No somos el problema", los propietarios de bares y restaurantes se han concentrado en la plaza Sant Jaume, de Barcelona, para expresar su malestar por esta medida.

Secundada por entidades como el Gremio de Restauración de Barcelona, Barcelona Oberta, Comertia Retail, las patronales Foment Treball y Pimec y representantes de las principales asociaciones y ejes comerciales de la ciudad condal, la protesta ha congregado a un millar de personas.

Los manifestantes han alertado que la decisión del ejecutivo catalán destruirá centenares de puestos de trabajo y llevará a la bancarrota a muchas compañías, ya en situación crítica por el parón económico durante el estado de alarma y la mala temporada turística.

También han protestado, aunque frente a la Catedral de Barcelona, los trabajadores del ocio nocturno, que permanece cerrado desde el pasado julio y cuyas principales entidades se manifestaban hoy.

La patronal Pimec ha estimado que el sector de la restauración y la hostelería dejará de ingresar 780 millones de euros, el equivalente al 71 % de los beneficios de un año, a raíz del cierre decretado durante 15 días, y ha exigido al Govern aumentar el paquete de ayudas anunciado de 40 millones.

Otros equipamientos, como PortAventura World, ha cerrado desde este viernes -en plena campaña por la celebración de Halloween- hasta el próximo día 31 -sus hoteles, el 30 por la noche- en cumplimiento de las medidas de contención de la pandemia, según ha informado la compañía turística.

Las nuevas restricciones, "duras, drásticas y contundentes", según el secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, buscan reducir la capacidad del virus de reproducirse, ya que hace tres semanas en Cataluña se detectaban unos 7.000 positivos y estos últimos días se registran más de 2.000 al día.

Así, Cataluña ha sumado en las últimas horas 2.853 nuevos contagios, 15 fallecidos y 39 hospitalizados más por COVID-19, aunque el riesgo de rebrote ha bajado a 367,28, once puntos menos que el día anterior.

Según los datos de la evolución epidemiológica actualizados este viernes por el Departamento de Salud, el índice de crecimiento potencial o riesgo de rebrote (EPG) ha descendido de los 378,41 puntos de ayer a los 367,28 de hoy y la velocidad de reproducción de la enfermedad ha pasado de 1,39 a 1,37, dos centésimas menos que el día anterior.