Junts se abstendrá este viernes y la investidura de Aragonès fracasará en la primera vuelta
Lo ha explicado fuentes de la formación, tras la reunión de la dirección del partido este jueves por la tarde para decidir el sentido del voto del grupo parlam
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Ejecutiva de Junts ha decidido que sus 32 diputados en el Parlament se abstengan en la votación del pleno de investidura del candidato de ERC, Pere Aragonès, que se celebrará este viernes, por lo que no será elegido presidente de la Generalitat en primera vuelta.
Lo ha explicado fuentes de la formación a Europa Press, después de la reunión extraordinaria de la Ejecutiva del partido este jueves por la tarde para decidir el sentido del voto del grupo parlamentario, encuentro que ha tenido lugar tras que la CUP haya avalado el preacuerdo con ERC para investir a Aragonès como presidente de la Generalitat.
En un comunicado posterior, Junts ha defendido que su objetivo desde las elecciones del 14 de febrero "ha sido y continúa siendo la configuración de un acuerdo de legislatura que garantice un gobierno independentista".
En la reunión de la Ejecutiva, la comisión negociadora del partido, integrada por Jordi Sànchez, Elsa Artadi, Josep Rius, Míriam Nogueras y Francesc de Dalmases, ha informado de las "numerosas reuniones que han mantenido estos días con ERC y la CUP", y que no se ha llegado a ningún acuerdo de legislatura.
"El balance de estos encuentros es que no se ha podido llegar a ningún acuerdo de legislatura que garantice un gobierno estable que permita salir de la crisis social y económica que sufre Catalunya y que, a la vez, implemente el mandato de las elecciones del 14F, en el que el independentismo superó por primera vez en la historia el 52% de los votos", ha argumentado, por lo que la decisión ha sido abstenerse en la primera vuelta del debate de investidura de Aragonès.
De esta manera, si no hay ningún cambio de última hora, Aragonès obtendrá 42 votos favorables --los 33 de ERC y los 9 de la CUP--, los 32 diputados de Junts se abstendrán, mientras que el resto --PSC, Vox, comuns, Cs y PP--, que suman 61 escaños, votarán en contra, por lo que no llegará a la mayoría absoluta de 68 diputados necesaria para ser elegido en primera vuelta.
Así, deberá someterse a una segunda vuelta en la que le bastará con mayoría simple para ser investido, es decir, obtener más votos a favor que en contra, pero tampoco saldrá adelante si no logra un acuerdo con Junts en los próximos días.
NEGOCIACIÓN SIN ÉXITO
Después de 40 días desde las elecciones del 14 de febrero, ERC y Junts no han logrado desencallar sus negociaciones para investir al candidato republicano y formar un nuevo Govern.
Uno de los principales escollos para llegar a este acuerdo está siendo el papel del Consell per la República: Junts quiere que este órgano, presidido por Carles Puigdemont, tenga más peso y sea el espacio de coordinación de la estrategia independentista, pero ERC lo rechaza, aunque en los últimos días se ha abierto a reformularlo para integrar a los principales actores del independentismo --ERC, Junts, la CUP, ANC y Òmnium-- y que todas las partes se sientan "cómodas".
Sin embargo, en las últimas horas no han trascendido reuniones entre las dos formaciones, de manera que no se ha superado este escollo y todavía deberían alcanzar un acuerdo sobre el programa del nuevo Ejecutivo y la estructura y los cargos del Govern.
Con quien sí ha logrado pactar ERC es con la CUP, a quien los republicanos priorizaron desde el primer momento en las negociaciones por delante de Junts: ERC decidió reunirse con los 'cupaires' antes de que con Junts, lo que cambiaba la dinámica de que el socio prioritario era siempre la formación de Carles Puigdemont, y la negociación ha avanzado más rápido con ellos.
Republicanos y 'cupaires' han alcanzado un acuerdo, que las bases de la CUP han avalado, que da dos años de margen a la mesa de diálogo, sitúa el 2023 para evaluar si está funcionando o si el independentismo debe apostar por un nuevo "embate" con el Estado, que preferentemente sería un referéndum, y aboga por crear una mesa de coordinación estratégica independentista, en la que el Consell per la República quedaría subordinado y en esa mesa se debería decidir cómo coordinarse con este y otros órganos.
Además, incluye cuestiones programáticas, como la creación de una banca pública, una energética pública, un plan piloto sobre una renta básica universal, profundizar la regulación sobre el alquiler, suspender el uso de proyectiles de foam de los Mossos d'Esquadra hasta que se publiquen sus protocolos, entre otras cuestiones.