¿Qué influye en los adolescentes a la hora de comer?: "Así va mejor"

Un estudio realizado por la enfermera María Moreno, especialista en enfermería familiar y comunitaria y miembro de la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Catalunya (AIFiCC) analiza la percepción que tienen los adolescentes sobre sus hábitos alimentarios. El objetivo es "conocer las emociones y las creencias de los adolescentes sobre la comida ultraprocesada y bebidas energèticas", así como explorar los elementos que intervienen en sus hábitos de alimentación.

Cuando se les pregunta a los adolescentes qué percepción tienen sobre su alimentación, la mayoría asegura que lo están haciendo bien. De sus respuestas se desprende que tienen la percepción de "una alimentación buena, variada, que comen de todo y les gusta comer". En general, relacionan una alimentación variada con una buena salud y en cambio, comer exceso, lo relacionan con algo perjudicial para su salud, explica María Moreno en una entrevista en La Linterna de Cope Catalunya i Andorra.

La influencia de las redes sociales

Es evidente que las redes sociales tienen un impacto en casi todos los ámbitos de nuestras vidas, aunque lo intentemos evitar, pero ¿hasta qué punto influyen estas redes sociales en los adolescentes a la hora de comer? ¿Qué buscan, què miran?

El estudio confirma que el impacto es importante porque los adolescentes están en contacto permanente con las redes sociales. En algunos casos, modifican hábitos alimentarios y acaban imitando algunas pràcticas, porque les gustan o porque así repiten lo que hace su círculo de amigos.

Las dietas saludables están muy de moda en las redes sociales que suelen ir ligadas a la práctica del ejercicio físico. ¿Existe una obsesión entre los adolescentes por este tipo de dietas? Es cierto que los adolescentes se preocupan por su imagen y por rendir en el gimnasio, para estar más musculado, sobre todo entre los chicos.

Los hábitos nacen en casa

Según el estudio, entre semana, los adolescentes consumen lo que sus padres o sus abuelos les ponen, son quienes les preparan la comida. "Se dejan guiar por la familia a quien identifican como factor protector", dice María Moreno. "Es verdad que durante el fin de semana o cuando están por ahí con amigos consumen más comida ultraprocesada, comida rápida que no hay que cocinar".

La mayoría de adolescentes reconocen que han adquirido los hábitos que han visto en casa, a la hora de desayunar o merendar de una determinada manera. Identifican las comidas que hacen en casa como saludables y les gustaría mantenerlas en el futuro, una vez independizados.

No es lo mismo comer triste que contento

Las emociones tienen mucho que ver con la alimentación de los adolescentes. Cuando están más alegres, con emociones más positivas, reconocen que tienen más hambre y que les da igual qué comer. En cambio "cuando están tristes, cuando han tenido algún problema en clase o cuando pierden algún partido de fútbol, por ejemplo, tienen menos apetito porque se les hace un nudo en el estómago". Les apetece comida más dulce.