Lo que tienes que tener en cuenta para evitar problemas del corazón

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en todo el mundo

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo

Isabel Bartolomé

Alicante - Publicado el

6 min lectura

Cada año mueren miles de personas en todo el mundo por enfermedades cardiovasculares. Un problema que va a más entre las mujeres. De hecho son ya la primera causa de muerte entre las féminas, incluso por encima de cualquier tipo de cáncer.

La mortalidad asociada a un primer infarto en mujeres es hasta un 20% mayor que en hombres. De hecho, las enfermedades del corazón, incluyendo derrames cerebrales, se cobran la vida de una mujer cada 6 minutos en Europa y cada 60 segundos en EEUU. Son cifras que impresionan y que muchos hoy en día desconocen. Sin embargo, han de saber que se pueden  evitar conociendo los principales factores de riesgo cardiovascular específicos y siguiendo una serie de hábitos de vida saludables. Reducir la mortalidad es posible ya que el 80% de los casos se pueden prevenir.

consejos a tener en cuenta

El Movimiento Corazón de Mujer invita a pasar a la acción y poner en práctica una serie de hábitos que mejoran la salud del corazón. 

- Mueve tu corazón: una mayor actividad física reduce el riesgo de cardiopatía en un 30-40%. Por ello, la OMS aconseja realizar semanalmente, como mínimo, de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica moderada o entre 75 y 150 minutos de ejercicio intenso. Actividades aeróbicas como caminar a paso ligero, correr, nadar, montar en bici, jugar al tenis o bailar, mejoran la circulación, lo que favorece una presión arterial y un ritmo cardiaco adecuados. El entrenamiento de fuerza (con pesas, barras o bandas de resistencia o flexiones, sentadillas y dominadas) beneficia el metabolismo, evita la pérdida de masa ósea y mejora la salud de los músculos. Los expertos del movimiento aconsejan elegir un deporte con el que disfrutar ya que ayuda a generar una rutina para proteger el corazón y, en general, todo el cuerpo.

Alimenta tu corazón: la alimentación correcta ayuda a prevenir muchos factores de riesgo cardiovascular: obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes... Su base debería sostenerse en el consumo de azúcares de absorción lenta: frutas, verduras y hortalizas, legumbres, arroz, pastas y cereales, preferiblemente integrales. Se recomienda tomar pescado azul al menos tres veces por semana por ser rico en Omega 3 y aumentar el consumo de grasa saludable a través de aceite de oliva virgen extra, frutos secos, aguacate, etc. Lo ideal es evitar las grasas saturadas, los procesados y los azúcares añadidos.

- Valora tu corazón: es importante realizarse chequeos de forma periódica. Las guías de prevención europeas recomiendan a las mujeres revisarse el corazón entre los 45 y 50 años y, según resultados, establecer un seguimiento de forma individualizada. Desde Corazón de Mujer explican que aplicando tecnología no invasiva en pruebas de imagen específicas, los cardiólogos pueden adelantarse a la enfermedad y pautar las medidas de prevención necesarias para cada caso. Conocer el estado del corazón y las arterias permite detectar la presencia de placas de aterosclerosis y aneurismas, incluso antes de que aparezcan síntomas, y para ello basta con realizarse una ecografía vascular 2D y 3D.

- Suma tu corazón: concienciar a la sociedad sobre la salud cardiovascular en la mujer y conseguir la colaboración del mayor número de personas posible es vital para reducir las cifras de mortalidad. Participar en campañas de sensibilización ayuda en la educación y el conocimiento preventivo, lo que revierte en la salud femenina. Trasladar la necesidad de la prevención a cualquier mujer, ya sea madre, amiga, hija, abuela, hermana, es fundamental. Cada persona concienciada podría ser una muerte menos.

- Escucha tu corazón: en términos de prevención, el escenario ideal sería aquel en el que se educara en hábitos de vida cardiosaludables desde el colegio, los médicos de atención primaria se implicaran más en el reconocimiento de los factores de riesgo y en el que la mujer identificara sus propios síntomas asociados a esta enfermedad. También conseguir más Unidades Específicas de Mujer para detectar, diagnosticar, tratar y prevenir las enfermedades cardiovasculares, y contribuir a la investigación.

Pero hay otros factores que también juegan un papel fundamental en la salud cardiaca. El Servicio de Cardiología del Departamento de Salud de Dénia alerta sobre el riesgo que supone para la salud cardiovascular los factores denominados "emergentes", como el bienestar emocional o la contaminación ambiental, que se suman a los tradicionales de hipertensión, diabetes, tabaquismo, sobrepaso y altos niveles de colesterol.

"La buena calidad de sueño y el manejo del estrés son esenciales para mantener una salud cardiovascular óptima", ha subrayado el jefe del Servicio de Cardiología del Hospital de Dénia, Alfonso Valle, quien ha destacado que las personas que sufren insomnio "tienen un 45% más de riesgo de desenrollar una patología cardiovascular".

Así, dormir al menos siete horas cada noche, evitar el uso de estimulantes o pantallas en las horas previas al descanso, y crear un entorno propicio para el sueño, son recomendaciones esenciales para mejorar la salud del corazón.

El equilibrio emocional y una actitud positiva también juegan un papel importante en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Los pacientes con trastornos depresivos incrementan hasta un 60% su riesgo.

El bienestar emocional no es el único factor emergente que preocupa a los cardiólogos. La contaminación ambiental también está ganando relevancia como elemento determinante de la salud cardiovascular.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición a contaminantes ambientales, como la polución o el ruido, contribuye al 25% de las muertes por cardiopatía isquémica en todo el mundo.

Los microplásticos, que son partículas derivadas de la degradación de productos plásticos y que ya se han detectado en el aire, el agua, los alimentos y los tejidos humanos, también están siendo estudiados por su posible impacto en la aparición de patologías como la aterosclerosis o la insuficiencia cardíaca.

La aterosclerosis es una enfermedad caracterizada por el endurecimiento y estreñimiento de las arterias debido a la acumulación de placas compuestas por grasa, colesterol, calcio y otras sustancias presentes en la sangre. Con el tiempo, estas placas reducen el flujo de sangre rica en oxígeno a los órganos y tejidos, lo que puede provocar complicaciones graves como infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares y enfermedades vasculares periféricas.

Según un estudio reciente, publicado en la revista European Heart Journal, las micropartículas de plástico pueden inducir estrés oxidativo, promover la agregación de plaquetas, acelerar el envejecimiento celular y desencadenar respuestas inflamatorias en las células del sistema inmunitario y endotelial, lo que aumenta el riesgo de desarrollar patologías cardiovasculares.

Para el jefe de Cardiología del Hospital de Dénia, "el hecho de que los microplásticos puedan fomentar este tipo de estrés es un hallazgo que nos obliga a reconsiderar nuestras estrategias de prevención".

Además, ha destacado "la importancia de mantener una vida activa, realizar ejercicio físico de manera regular y controlar los factores de riesgo tradicionales, ya que son medidas clave para cuidar la salud cardiovascular, aunque no menos trascendente es cuidar del bienestar emocional, la calidad del sueño y la reducción de la exposición a contaminantes".

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