El deseo de Miguel de escribir un libro cambió su vida con parálisis cerebral: "Inspirar"
El deseo de este joven valenciano que se ha hecho realidad gracias a la Fundación Pequeño Deseo

Escucha la historia de Miguel y cómo cumplió su deseo a través de la fundación Pequeño Deseo
Valencia - Publicado el
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Cada 13 de mayo se conmemora el Día del Niño Hospitalizado, una fecha destinada a reconocer la labor de quienes trabajan con niños y adolescentes hospitalizados por enfermedades crónicas o graves, y también para visibilizar la experiencia de estas personitas y sus familias.
Sin embargo, más allá de la efemérides, existen organizaciones que se implican activamente en mejorar la vida de estos menores. Una de ellas es la Fundación Pequeño Deseo, cuya labor ha ganado gran reconocimiento en los últimos años por cumplir los sueños de niños hospitalizados.

Fundación Pequeño Deseo
LA FÁBRICA DE LOS DESEOS
"La Fundación Pequeño Deseo nace en el año 2000 en Madrid y nuestra labor consiste en mejorar el estado anímico de los niños que padecen enfermedades graves", explica Amparo Eugenio, responsable de proyectos de la fundación en la zona de Valencia en COPE.
El propósito es claro, ofrecerles a estos pequeños una motivación extra para enfrentar sus tratamientos y darles momentos de auténtica felicidad. “Nuestro objetivo es que a través del cumplimiento del deseo puedan afrontar esa enfermedad con mayor fuerza y sea su día a día más llevadero”, añade.

Niño hospitalizado con un payaso
Aunque no todos los deseos son fáciles de cumplir, “tratamos de cumplir el mayor deseo de cada niño. A veces nos lo ponen complicado, pero siempre vamos a por ello”, asegura Amparo en Mediodía COPE.
Cómo Nace un Deseo
El proceso para detectar y cumplir estos deseos empieza en los hospitales. La Fundación Pequeño Deseo está presente en más de 35 centros hospitalarios en toda España, y es el personal sanitario quien contacta a la fundación cuando identifica a un niño candidato. Luego, la fundación se pone en contacto con la familia para explicar su labor.
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“Cuando son pequeñitos, les decimos que vamos a escribir un cuento mágico donde ellos son los protagonistas”, explica Amparo. En ese contexto, los niños dejan volar su imaginación y expresan deseos que van desde conocer a superhéroes hasta convertirse en bomberos por un día. “Cuando son más mayores, les planteamos que estamos haciendo una encuesta en el hospital, y ahí se sueltan más, nos cuentan qué les gustaría ser de mayores, a quién quieren conocer”.
Magia dentro y Fuera del Hospital
Cuando el estado de salud del niño lo permite, algunos deseos se cumplen fuera del hospital. “Siempre solicitamos autorización médica y esperamos el momento adecuado”, comenta Amparo.
A veces se trata de un viaje, otras de experiencias con animales o profesiones soñadas como ser bombero. “En una ocasión, cumplimos el deseo de un niño que quería ser bombero. Fuimos a su casa con la sirena, lo llevamos al parque de bomberos, y estuvo allí viendo cómo trabajan”.
Miguel, un niño valenciano con un deseo literario

Infancia feliz, niño soñador. Niño lindo y emocionado leyendo un libro. Niño con un libro abierto. Lección de educación en el hogar. Niño concentrado leyendo un libro en la cama.
Todos estos casos tienen nombre y apellidos, y uno de los más curiosos es el de Miguel, un adolescente que con tan solo quince años tiene el sueño de publicar un libro para ayudar a los demás a través de su experiencia. "Cuando le conocí, enseguida tuve claro que su mayor deseo era escribir un libro", cuenta Amparo.
Isabel, su madre, explica que “tiene quince añitos y un nivel de consciencia brutal. Las cosas que explica y cuenta son muy chulas”. Miguel comenzó a escribir sus pensamientos, motivado por su pasión por la filosofía y el deseo de ayudar a otras personas. “Escuchándolo, vi que podía surgir algo chulo de ahí”, recuerda su madre.
Me temblaban las patejas
Creador del libro
Gracias a la Fundación, Miguel comenzó a darle forma a su obra. “Amparo se puso en contacto con nosotros, y con ayuda de gente maravillosa lo fuimos haciendo realidad”. El libro se llama Miguel Samientos y, aunque todavía no está a la venta, el deseo se ha cumplido, “está hecho y está ahí”. Tanto es así que Miguel ya está trabajando en su segundo libro.
Sin duda alguna, el momento más emotivo fue cuando Miguel vio su libro por primera vez. Él no sabía nada, llegó a una sala y allí estaba Pablo (el escritor y editor que le ayudó), su familia y sus amigos. Se quedó maravillado, muy nervioso y entre risas asegura que “temblaban las patejas”.
Un día, sin duda, que ni él ni su familia olvidarán, tal y como asegura su madre. “Fue más que cumplir un sueño. Fue ver toda la gente que le acompañó y la calidad humana que se juntó ese día. Está muy agradecido”.