Raspaduras en Extremadura: un dulce de aprovechamiento
Descubre esta delicia que se vende en Cáceres
Mérida - Publicado el
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En un mundo donde la sostenibilidad y el aprovechamiento de recursos son cada vez más importantes, un dulce tradicional ha vuelto a ganar popularidad: las raspaduras. Este dulce, hecho a partir de aprovechar los restos de otros pasteles como bizcochos, tartas o magdalenas, está experimentando un resurgimiento, y Jorge Brazo, propietario de una pastelería en Cáceres, lo ha confirmado en una entrevista para COPE.
Las raspaduras se elaboran recogiendo las sobras de otros dulces y mezclándolas para formar una masa que se prensa y se deja reposar para obtener un "papelón". Este papelón se puede enriquecer con ingredientes adicionales como chocolate, crema o frutos secos, lo que lo convierte en un dulce versátil y delicioso.
Este dulce tiene sus raíces en la tradición de aprovechamiento, donde las sobras de otros pasteles, que no eran aptas para la venta debido a su estética, se utilizaban para crear un nuevo producto. Aunque inicialmente era una manera de no desperdiciar alimentos, las raspaduras demostraron tener un sabor exquisito, lo que las convirtió en un dulce típico en muchas regiones.
Ahora, en un contexto donde la conciencia medioambiental y la búsqueda de alternativas sostenibles son prioritarias, las raspaduras están experimentando un renacimiento. Su carácter económico, su sabor delicioso y su origen tradicional las convierten en una opción atractiva para aquellos que buscan disfrutar de un dulce con conciencia.
La vuelta de las raspaduras a la popularidad es un recordatorio de la importancia de valorar y aprovechar los recursos disponibles, así como de la riqueza de la tradición culinaria que nos rodea.