Javier Aguas, capellán en el Hospital Universitario, uno de los 91 extremeños que se han curado

Javier Aguas es uno de los capellanes del Hospital Universitario de Badajoz. Hace unos 15 días comenzó a experimentar subidas de temperatura. Cuando pasó de 38,5 grados se comenzó a preocupar y se obligó a un confinamiento voluntario en casa. No tenía ni tos ni la disnea tan recurrente. Pero al tener riesgo de contagio, por su trabajo en el Hospital, en su Centro de Salud le realizaron la prueba y dio positivo. 

Mientras seguía en el confinamiento, junto a su hermano, al que también realizaron la prueba y resultó positiva, se sorprendio un día a surgirle una dermatitis atópica. Tras ser examinado en el propio Hospital Universitario se le diagnosticó una neumonía bilateral y los doctores decretaron el ingresoel ingreso.

Comenzó el tratamiento con retrovirales del VIH y a base de Hidroxicloroquina (la medicación utilizada contra la malaria) que comenzó a surtir efecto a los pocos días con una bajada sensible de la temperatura. Al día siguiente se le volvió a practicar una prueba de coronavirus que ofreció resultado negativo. La mañana siguiente el médico decretó su alta.

Ahora continúa confinado en su domicilio, recuperándose de esta enfermedad, y deseando volver a su Parroquia y al Hospital, a su trabajo como capellán y junto a sus compañeros de la Red Humanizar, una iniciativa surgió por un grupo de trabajadores del centro para mejorar la estancia de los enfermos que pasan los días solos.

Javier ha querido agradecer en COPE el trabajo del personal sanitario y enviar un mensaje claro a los que padecen el covid19: "Paciencia porque la enfermedad lleva su curso y esperanza, porque de esto se sale".

En los cinco hospitales existentes en el territorio de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz trabajan 15 capellanes. Son 24 horas al día pendientes de los enfermos y de la comunidad hospitalaria.