El callejón de Cáceres que recuerda a Santorini

En Cáceres hay un callejón que suele pasar inadvertido para la mayoría, a pesar de nacer de una de las calles más transitadas del centro. Su ubicación privilegiada lo convierte en un lugar frecuentado, pero es probable que muchos forasteros lo hayan cruzado sin prestarle atención.

El ritmo acelerado de la vida moderna y la constante distracción del móvil nos impiden observar lo que sucede a nuestro alrededor y disfrutar del simple placer de pasear sin rumbo. Llevamos un estilo de vida tan agitado que nos aleja de esos rincones insólitos que siempre estuvieron ahí, pero que nunca supimos ver.

Al caminar por la calle Parras, justo al salir del parking Obispo Galarza, a mano derecha, unas pequeñas escalinatas apenas llaman la atención. Sin embargo, si alzamos la vista hacia el fondo del callejón Castillo, la imaginación puede transportarnos hasta una isla griega como Santorini. Una fachada blanca, con grandes ventanales pintados de azul ultramar —el mismo tono que adorna puertas y balcones—, se convierte en la protagonista. Entre todos los elementos destaca una gran barca del mismo color colgada en la pared, y la vegetación trepando a su alrededor aporta un toque de frescura a este precioso y escondido rincón