La autopsia de Samuel Luiz demuestra que no se pudo ni defender de una "sucesión" de patadas y puñetazos
El médico del Imelga que realizó la autopsia revela que no hubo un golpe concreto que acabase con la vida del joven
Coruña - Publicado el
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El juicio por el asesinato de Samuel Luiz, que se celebra en la Audiencia Provincial de A Coruña, encara la fase de pruebas periciales. Los primeros peritos en comparecer, este martes, han sido dos médicos forenses del Imelga, Instituto Médico Legal de Galicia. Fueron los encargados de realizar la autopsia realizada al cuerpo de Samuel Luiz y elaborar los informes sobre cuándo y cómo murió.
La causa de la muerte de Samuel quedó clara desde un principio: fueron "golpes múltiples en el contexto de una agresión", tal y como confirmó uno de los forenses a la fiscala. Contó que a Samuel se le paró el corazón varias veces. Tres de ellas, en la ambulancia. Llegó a Urgencias las 4:16 de la mañana. En el CHUAC entró en muerte cerebral e intentaron reanimarlo durante hora y media, sin éxito.
Samuel no se pudo defender
El joven presentaba con lesiones en todo el cuerpo compatibles con “puñetazos y patadas”. No encontraron signos de que se usase algún arma. Especialmente graves eran las contusiones en la cabeza, que causaron hemorragias cerebrales. No hubo, a juicio del examen médico, un golpe concreto que fuese determinante para el fatal desenlace y, de haberlo, “habrá sumado su parte al resto de golpes” porque fueron “lesiones acumulativas”.
Las heridas que tenía apuntaban a que ni siquiera pudo defenderse. Los nudillos estaban “limpios” en ambas manos, igual que los antebrazos. “Cuando alguien agrede su tendencia es a poner la mano”, recordó el facultativo. “No sé si tuvo opción, pero desde luego no parece que se haya defendido”, contestó a preguntas de la fiscala.
Además, el joven presentaba heridas en el cuello compatibles con que le hiciesen un mataleón para inmovilizado y ahogarlo. Según múltiples testigos fue Alejandro Freire, Yumba, quien inmovilizó a Samuel con esta técnica. Se da la circunstancia de que tanto él como Diego Montaña, quien inició la pelea, apartaron en todo momento la vista para evitar ver las imágenes de la autopsia del joven al que golpearon hasta la muerte en la sala de la Audiencia.
Un “flujo importante” de llamadas y un grupo de Whatsapp
Esta jornada declararon los dos últimos agentes encargados del volcado y el análisis de los móviles. Uno de ellos constató que hubo un "flujo importante" de llamadas entre los implicados en la pelea después del crimen. Son datos objetivos, que no se pueden falsear porque los proporcionó la operadora, tal y como destacó el policía que los expuso.
En concreto, desde el crimen hasta medianoche del 4 de julio, el móvil de Alejandro Freire registró 14 llamadas con Alejandro Míguez, cuatro con Diego Montaña, una con Kaio Amaral y otra con uno de los menores condenados.
Además, los registros constataron que había un grupo de Whatsapp creado por Yumba en el que insistió en que se reuniesen después del crimen, un encuentro en el que supuestamente unificaron versiones. En él, había notas de audio donde les decía que estaba en el Parque de San Diego “y que se apuraran para venir”. Fueron varios los mensajes “insistiendo” durante “todo el rato” que acudieran a ese encuentro.
El miércoles se retomarán las sesiones. Entre otras cuestiones, se pondrán sobre la mesa las secuelas psicológicas que sufren los padres de Samuel tras el brutal asesinato.