La sarna resurge con fuerza y desafía los tratamientos actuales: "Remedios arcaicos..."
Cuatro personas están afectadas por un brote de sarna en una residencia de mayores de Oleiros, en A Coruña. La Xunta de Galicia les está haciendo seguimiento y vigilancia, como marca el protocolo

Coruña - Publicado el
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Es uno de esos nombres que cuando se pronuncia te entra ya un picor en el cuerpo: sarna. Una enfermedad que suena antigua o de otras latitudes pero no, sigue dando la lata. Cuatro personas están afectadas por un brote de sarna en una residencia de mayores de Bastiagueiro, en Oleiros, en A Coruña. Desde la consellería de Sanidade se les está haciendo seguimiento y vigilancia como marca el protocolo.
Pero este episodio es solo la punta del iceberg de un problema que trae de cabeza a los dermatólogos. Porque, con la pandemia, detectaron una explosión de casos que arrastramos a día de hoy. De hecho se calificó el problema como "una pandemia dentro de otra pandemia". El confinamiento pudo propiciar la expansión de las infecciones de este ácaro, un parásito que se introduce en nuestra piel y provoca unas ronchas que, según el dermatólogo, Eduardo Fonseca, causan "picor que se suele incrementar por las noches".
El contagio se produce por "contacto directo, piel con piel" con una persona que está infectada, "o en alguna ocasión a través de objetos que estén contaminados pero eso no es muy frecuente". También hay más posibilidades de contagio en personas que tienen "una inmunidad alterada". Y la única forma de evitar el contagio es lo obvio "no tener contacto con personas que estén contagiadas"
RESISTENCIA A LOS TRATAMIENTOS
El mayor problema al que nos enfrentamos a día de hoy es que estos parásitos han desarrollado resistencias a los dos tratamientos que se venían utilizando para sanar la infección. Medicaciones que, según Fonseca, "eliminan el parásito, matan el ácaro". Hasta ahora se venían utilizando antiparásitos como "permetrinas", que es una sustancia derivada del crisantemo y que resultaban "bastante eficaces" y, en los últimos años, estaba disponible una medicación por vía oral que se llama "ivermectina" que también resultaba "muy eficaz".
Por este motivo, indica Fonseca, se ha tenido que recurrir a "remedios arcaicos, que hacía muchísimos años, casi 50 años que no se usaban, que ya prácticamente estaban en desuso como el azufre, fundamentalmente".