Amadou, inmigrante senegalés en Santiago: "No queremos acabar en la calle"
Varios jóvenes refugiados en Santiago apoyados por ong´s y colectivos vecinales reclaman alternativas reales para estabilizar su situación. Algunos podrían trabajar ya si surge alguna oferta de empleo
Santiago - Publicado el - Actualizado
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En las próximas horas, el Boletín Oficial del Estado publicará una nueva resolución de la Oficina de Asilo fijando el futuro más inmediato para los refugiados que han sido trasladados en los últimos meses a distintas comunidades de España desde Canarias. Las noticias han sido positivas hasta ahora para los que proceden de países en guerra, como Malí, que han recibido luz verde a sus peticiones de asilo, no así para otros que vienen de lugares como Senegal, donde no hay una situación "oficial" de conflicto armado.
Desde allí, de Senegal, se vino Amadou. Es un estudiante de biología de 24 años que lleva cuatro meses en Santiago. La mayoría de este tiempo ha estado acogido en el Albergue del Monte do Gozo, uno de los espacios habilitados por el gobierno central para dar respuesta a la "emergencia migratoria". Amadou es de los que ha visto rechazada su petición de asilo: "no hay guerra en mi país, pero sí mucha violencia, no está bueno", explica en el español que ha empezado a estudiar desde que arribó en patera. Pero se le entiende perfectamente que se marchó de allá para "intentar arreglar cosas, buscar una oportunidad..."
Así que, con el asilo denegado y pendiente del recurso que ha presentado, ha tenido que abandonar el Monte do Gozo y buscar otro lugar donde vivir. Porque, a diferencia de compañeros que decidieron desplazarse a otros lugares de España donde tienen a algún conocido, Amadou no tiene a nadie aquí. "Normalmente, cuando tú no tienes nada, empezar a vivir en la calle, eso es muy malo, ahora empezar lluvia, frío... eso es muy malo" insiste. La puerta que se ha abierto, temporalmente, para él y para otro compatriota, ha sido la del Albergue Juan XXIII. En la casa gestionada por los franciscanos ha podido incluso hacer un curso de camarero, pensando en ponerse a trabajar en cuanto surja una oportunidad, porque mientras el recurso no se resuelve, podría acceder a un empleo. Asegura que de lo que sea.
con derecho a techo, pero no a comida: "APAÑOS"
Otros compañeros que también han visto denegadas sus peticiones de asilo han podido quedarse en el Albergue del Monte do Gozo algún tiempo más, gracias a la presión que ejercieron colectivos sociales como el Foro Galego de Inmigración. Su portavoz, Miguel Fernández, explica que ha sido una alternativa a medias, porque "non teñen dereito a nada máis, de feito a través do Concello están indo á Cociña Económica". Dormir sí, comer, no. Fernández explica que "estes apaños que estamos facendo, porque sería lamentable que esta xente quedara na rúa, non corresponden a un programa, que era o que nós queriamos, que esta xente tivera unha atención en condicións dignas mentres non consiguen alternativas laborais".
Estos casos de desamparo no son exclusivos entre los refugiados acogidos en Santiago: "en Mondariz sabemos que hai oito casos máis", asegura Fernández. "Entendemos que ante un dispositivo de emerxencia, tamén hai que habilitar solucións de emerxencia, non se pode permitir que a xente que quede fóra non teña unha certa cobertura ata que poidan sair adiante. Aquí hai como deixación de funcións, e isto non é".
La comparecencia en Santiago de los jóvenes refugiados estuvo arropada por personas que, desde distintos colectivos sociales, vecinales o incluso deportivos, han realizado distintas acciones durante estos meses para facilitar su integración. Cristina Bandín, de la Rede Galega de Apoio a persoas refuxiadas, compartía una reflexión solicitando también alternativas reales y justas: "preguntémonos por qué hay guerra o pobreza extrema en países como Mali, Mauritania o Senegal, veríamos con otro prisma la inmigración". "Ha surgido la preocupación en la ciudadanía de Santiago por los hechos que están ocurriendo, no es admisible abandonar de esta manera a estas personas, quedando en total desprotección". Desde la Rede remarcan también el sinsentido de que en España esté penado el abandono de animales " pero nosotros estamos hablando de personas y esto es inadmisible".
¿y qué pasara en diciembre?
Coincidiendo con la comparecencia de refugiados y colectivos que los apoyan en Santiago, la Delegación del Gobierno anunciaba que "en la primera quincena de diciembre se abrirán nuevos centros de acogida en Galicia para atender la crisis humanitaria".
Está prevista la creación de 173 plazas en Valga, 110 en Burela y 65 en Padrón. Además, se amplían los recursos existentes en Santiago y otros municipios del territorio.
Desde la Delegación del Gobierno reaccionaron además a las críticas de abandono asegurando que las resoluciones de asilo son en su mayoría favorables y que sólo se deniegan solicitudes de personas que no cumplen los requisitos que recoge la normativa. También aseguran que "siempre se ofrece alternativas a estas personas para no dejar a nadie desprotegido".