Largas colas en busca de piso en Santiago: "están por las nubes"
Los estudiantes se enfrentan a la caza del tesoro en la capital gallega: la búsqueda de un lugar para vivir asequible en Santiago para el próximo curso
Santiago - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Entrado el mes de julio muchos hacen las maletas para disfrutar de un merecido descanso hasta el curso que viene. Los estudiantes de la Universidad de Santiago (USC) tienen, eso sí, una carga pesada antes de las soñadas vacaciones de verano: encontrar dónde quedarse el curso académico que viene.
Comienza la búsqueda de piso y eso se nota en las colas que se forman a la entrada de varias inmobiliarias. En Conxo, por ejemplo, muy comentada la cantidad de jóvenes esperando pacientemente su turno para poder cerrar un contrato de alquiler que está lejos de las expectativas del alumnado. Y es que las quejas son constantes: los pisos que se ofertan están en mal estado y sus precios muy por encima de lo que ofrecen. Se paga la ubicación y que no hay alternativas: "No valen los precios que tienen... un piso de 5 habitaciones 1.700 euros... precios desorbitados. A mayores, gastos. Un mes solo alquiler 300 euros". 300 euros por habitación y compartiendo vivienda, claro. En muchos casos, comunidad aparte.
Pero es que la oferta sigue siendo escasa en la capital gallega para la cantidad de alumnos que necesitan una solución habitacional.
2.400 alumnos se quedaron sin plaza en las residencias de la USC, la universidad compostelana, para el próximo curso, según nos confirmaba el gerente de la institución, Xabier Ferreira. El sistema universitario de residencias en Santiago dispone de algo más de 900 plazas en estos momentos.
Por eso Ferreira aplaude el anuncio de que el viejo hospital de Galeras se vaya a dedicar, según los planes de la nueva empresa propietaria, a una residencia estudiantil. Aunque de aquí a que sea una realidad pasarán años porque aún se tienen que otorgar las licencias correspondientes y llevar a cabo las obras oportunas para adecuar el inmueble que está en estado francamente mejorable.
A pesar de esto y a largo plazo, con un incremento de la oferta disponible, dice Ferreira, la Universidad podrá incluso variar los criterios de admisión en sus residencias para favorecer a las personas con menos recursos.