Máximas de 27,5 grados adelantan el verano en Santiago... por un día

Aunque las previsiones meteorológicas para este último día del mes de marzo en Santiago de Compostela ya anunciaban una subida de temperaturas que iba a provocar un ambiente casi veraniego cuando apenas acabamos de estrenar la primavera, éstas se han quedado cortas ante registros que a media tarde han marcado los 27,5 ºC no sólo en la capital de Galicia, sino también en otras localidades de la comarca compostelana como Arzúa onde han rozado los 28 o Melide, donde se han superado también los 27. 

Registro que se ha rozado en otros concellos como Ordes o Lalín, además de zonas resguardadas de la ría de Muros-Noia como la parroquia muradana de Abelleiras ya que en las zonas costeras más expuestas la brisa marina ha hecho que los registros no hayan sido tan altos. 

En todo caso, y a la espera de los informes meteorológicos, los más de 27 grados alcanzados este 31 de marzo en Santiago podría ser uno de los registros más altos recogidos por las estaciones meteorológicas de la ciudad y más propios del verano, anticipando un ambiente estival que, en todo caso, no va a durar demasiado. 

BAJADA DE TEMPERATURAS EL MARTES Y LLUVIAS A PARTIR DEL MIÉRCOLES

Y es que la previsión de MeteoGalicia apunta a un brusco descenso de temperaturas en apenas 24 horas para el primer día del mes de abril, con máximas que en Santiago no van a llegar este martes a los 20 grados, bajando aún más el miércoles a 17ºC, justo antes de que regresen las precipitaciones por un frente asociado a una borrasca que se acerca por el Atlántico.

Y que dejará chubascos intermitentes en las últimas horas del 2 de abril, así como en las horas centrales del jueves. Chubascos que ese día podría ser de carácter tormentoso en el interior de Galicia

Por lo que habrá que aprovechar la pequeña ventana veraniega que se nos ha abierto para despedir el mes de marzo y que muchos compostelanos han aprovechado para disfrutarlo al aire libre, como ocurría también ayer domingo cuando muchos estrenaron las playas de la costa del Barbanza, aunque con la principal queja de la baja temperatura del agua y del viento procedente de nordeste.