contra la discriminación
Pegatinas de accesibilidad de mentira en los buses de Santiago
Asociaciones de personas con discapacidad denuncian las dificultades que tienen a diario para emplear el transporte público. Tirando de retranca, reclaman "Teletransporte contra la discriminación"
Santiago - Publicado el - Actualizado
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Juan Manuel perdió una pierna hace treinta años. Fue en un accidente de circulación que le dejó tocado también el brazo derecho y "le cambió la vida". Desde entonces va en silla de ruedas y muchos días como hoy ve cómo pasa el autobús y él se queda en la acera. Por si fuera poco, el vehículo llevaba pegatina de accesibilidad.
Él es uno de los participantes en la campaña “Teletransporte contra la discriminación” que han puesto en marcha asociaciones de personas con discapacidad en toda España para denunciar los problemas que tienen a diario para acceder al transporte público.
En paradas de autobús como la de Mestre Mateo en Santiago, tirando de ironía, gente con dificultades de movilidad se fotografiaba junto a personajes de Star Trek... para subrayar que para ellos utilizar el transporte público también es ciencia ficción.
"algunas veces no les da la gana de usar la rampa"
Juan Manuel ya no se sorprende cuando el autobús del servicio metropolitano pasa de largo, pero sí le enfada que se trate de un vehículo supuestamente accesible: " no lo veo normal, vas confiado porque ves que tiene el emblema de rampa, llegas y te dicen que no tienen rampa o algunas veces, no les da la gana de usarla".
Asegura que en hora punta, las personas con dificultades de movilidad lo tienen todavía más complicado: "ahí sí que no te dejan subir, no bajan la rampa, y los carritos de bebés, si suben van encartados en el maletero y el bebé, en brazos". Buses, insistimos, con "pegatina de accesibilidad". Le pregunto si en algún momento quien iba a volante del vehículo le dio una explicación: "nunca".
Lois sufrió también una amputación: en su caso lleva prótesis, así que lo tiene más fácil para acceder al transporte público porque no necesita rampa. Su problema es que se mueve más despacio que otras personas, así que "ao mellor, levántaste un pouco máis despacio e... xa me pecharon a porta". Este joven de Noia, usuario también del transporte metropolitano, insiste: "coa lei na man, co contrato, a concesión que teñen, están obrigados a garantir a accesibilidade".
El caso es que la apuesta por la accesibilidad se queda en muchas ocasiones, en eso, una "apuesta". Desde COGAMI explican a Cope Santiago que "depende de las empresas, de sus normas de prevención, porque pueden considerar que el conductor no puede abandonar su puesto de trabajo".
En el caso concreto del transporte urbano en Santiago, la ordenanza municipal establece que los usuarios que quieran acceder al bus en silla de ruedas podrán utilizar la puerta central del vehículo "siempre que esté dotado de rampa de acceso". Sobre quien debe desplegarla en caso de que se trate de un dispositivo manual, indica que "será el acompañante el que deba abrirla y guardarla, siguiendo las indicaciones del conductor". Esto es lo que pone la ordenanza, pero "las indicaciones que se les da a quien va al volante favorecer y colaborar en el acceso", aseguran a Cope desde el departamento de Mobilidade. Eso sí, la persona usuaria de silla de ruedas tiene prioridad en los buses de Santiago "para emplear la plataforma central del vehículo, que está dotada de las fijaciones de seguridad".
En el caso de los carritos de bebé, no hay obligación de plegarla para acceder a los autobuses urbanos de Santiago. El contrato de transporte en la capital de Galicia lleva años en tramitación: es de esperar que la nueva concesión se haga sin dejar tantos flecos pendientes de la buena voluntad de la empresa adjudicataria.
Las asociaciones de personas con discapacidad reclaman que la accesibilidad en el transporte vaya desde el momento de la compra del billete hasta el uso de servicios básicos: desde las estaciones intermodales hasta los vehículos. "Queremos que todas las estaciones, terminales y vehículos de transporte cumplan con las normas de accesibilidad: desde rampas, hasta ascensores, plataformas elevadoras, aseos, espacios suficientes para varias personas usuarias de sillas de ruedas y que cuenten con puntos de recarga y suministro eléctrico para las personas que requieren apoyo respiratorio". En Galicia hay unas trescientas mil personas que sufren algún tipo de discapacidad: 185.000 padecen problemas de movilidad.