"Balbino, un rapaz da aldea", Neira Vilas e Iria Aldegunde llenaron O Vello Cárcere en Lugo
El centro cultural de la capital lucense acogió la presentación de la adaptación al cómic de la novela 'Memorias dun neno labrego'
Lugo - Publicado el - Actualizado
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Lo dijo la periodista Marta Veiga durante el acto. Aunque vive en Santiago de Compostela, su apellido y sus dibujos la delatan. "Esta rapaza ten que ser de Lugo", sospechaba. Y casi acertó. Iria Aldegunde, autora de la adaptación al cómic de Memorias dun Neno Labrego, publicada por la Editorial Galaxia, tiene profundas raíces familiares en esta provincia, tanto en Vilalba, en la capital de A Terra Chá, como en O Corgo, donde residen sus abuelos.
A última hora de la tarde de este jueves, la joven autora presentó en el centro cultural O Vello Cárcere su adaptación de la novela de Xosé Neira Vilas, que cumple 63 años. La ilustradora fue profeta en su tierra. Acompañada por la propia Marta Veiga Izaguirre; la escritora Sabela Núñez Singala; el presidente de la Fundación Neira Vilas, Fernando Redondo Neira; y Pedro F. Pedrouzo Devesa, miembro de la revista Irimia, protagonizó un acto que logró llenar el panóptico del espacio cultural lucense -de hecho, la organización tuvo que añadir más y más sillas hasta cubrir todo el recinto-.
Los tertulianos contaron también con el fondo musical de A Quenlla, con la voz profunda en primer plano del "cantor" Mero, amigo personal de Neira Vilas, que puso fin al acto con la interpretación de "O Carro", el poema de Manuel María musicado por Fuxan os Ventos.
Aldegunde asumió el reto de adaptar al cómic la novela más célebre de Neira Vilas con la responsabilidad de "no decepcionar a nadie" y conseguir que todas aquellas personas que en un momento dado leyeron la historia de "Balbino, un rapaz da aldea", se "emocionasen de nuevo" con el personaje principal de una obra que ya lleva más de seis décadas formando parte del imaginario colectivo de Galicia.
"Un Balbino universal"
Iria Aldegunde quería recuperar "un Balbino universal" en el cómic. Aunque conocía las ilustraciones de Isaac Díaz Pardo, sabía que "lo tenía que hacer fresco", hacer suyos a los personajes, lo que motivó que se centrase "en el trabajo de documentación".
"Fueron dos años de trabajo. El primero lo dediqué a leer, a preguntar, a visitar lugares, a visitar museos...", precisó la autora, quien reconoce que todo "el nerviosismo" acumulado durante la elaboración del cómic, acabó transformándose en "ansiedad", pero "cuando salió el libro se marchó".
"Tenía mucho miedo de la recepción que iba a tener", reconoce. Se trata de una obra dedicada "a todos los niños que y niñas que hablan en gallego. Quería que se sintiesen identificados. Que se emocionasen de nuevo", añade, y vio "a gente mayor con ojos llorosos".
A su juicio, "el mensaje de esta obra de Neira Vilas sigue llegando, desde luego".
Hablamos, recuerda, de "búsqueda de identidad, injusticia social por motivos económicos, de la soledad... Son temas humanos, que vamos a tener siempre presentes. Lo que hacía especial este libro era que se trataba de un niño pobre, de aldea, en Galicia".