La controversia que generan los cambios en la producción de Suprema

Los cambios que se avecinan para la producción de carne de Ternera Gallega Suprema han generado cierta controversia en el sector, con ganaderos que defienden el nuevo sistema, para presentar en el mercado un producto “más homogéneo”, y otros que se oponen frontalmente a esta posibilidad, habida cuenta de que tendrán que adaptar sus instalaciones para cumplir las nuevas condiciones, lo cual no siempre es fácil, ni siquiera posible.

El presidente de la Asociación Gandeiros Galegos da Suprema, Santiago Rego, precisó que esos cambios están relacionados con el acuerdo alcanzado en el pleno de la IXP para que la finalización de la crianza de los animales que serán sacrificados y certificados como Ternera Gallega Suprema se realice en el interior de las explotaciones, en estabulaciones debidamente habilitadas.

“En realidad sigue todo igual, con animales que serán amamantados hasta los siete meses. Lo que cambia es el final del proceso de crianza, dado que deberán estar estabulados durante los dos últimos meses de vida”, explicó Rego.

Aclaró que esta medida se ha adoptado para presentar “un producto homogéneo” en el mercado y perfectamente “diferenciado, porque no hay nada mejor en la IXP”.

En todo caso, habida cuenta de que supone un cambio importante en el proceso de producción y que algunas explotaciones tendrán que adaptar sus instalaciones para llevarlo a cabo, recordó que “hay una moratoria de dos años”.

En ese tiempo, las granjas tienen que adaptarse a esta nueva exigencia, pero el presidente de Gandeiros Galegos da Suprema confía en que los ganaderos no estén solos en ese proceso. “Le pedimos a la Consellería de Medio Rural una línea de ayudas específica, para que nadie se quede fuera”, concluyó.

GANADEROS QUE NO ESTÁN DE ACUERDO

No es tan optimista el Sindicato Labrego Galego (SLG). Sostiene que los cambios que pretende introducir la IXP Ternera Gallega en cuanto a la producción de Suprema “echarán a muchas explotaciones” que ahora mismo tienen “un modelo productivo ejemplar” de esa marca de calidad, porque serán incapaces de asumir la exigencia de estabular a los terneros durante los dos últimos meses de vida.

La secretaria general del sindicato, Isabel Villalba, reconoció que esta organización agraria, al igual que muchos ganaderos que actualmente producen para Suprema, no está de acuerdo con estos cambios.

A su juicio, de hecho, van “en la línea contraria a lo que pide la Unión Europea” y en contra de la propia sostenibilidad de las explotacion ganaderas, pero también “en contra de lo que demandan los consumidores”, que es precisamente una carne producida con mayores estándares de bienestar animal y criterios ecológicos.

Reconoció que hay ganaderos que, con el sistema que se pretende implantar como norma, son capaces de “producir animales muy buenos” para Suprema, pero recordó que hay otros muchos que también lo consiguen simplemente recurriendo “a la leche materna y a unos pastos de gran calidad”, de modo que no necesitan estabularlos para conseguir ese estándar mínimo.

Para algunas de esas explotaciones, reconoció, resulta realmente difícil adaptarse al nuevo sistema de producción que se plantea, porque están ubicadas en zonas protegidas por la Red Natura y, por lo tanto, se encuentran con múltiples dificultades para poder edificar nuevas construcciones.

Además, en algunos casos, el desembolso que tienen que realizar para adaptar sus instalaciones puede no ser rentable, dado que su modelo de producción está orientado a la ganadería extensiva.

Por ello, avisa de que, de seguir adelante con esta propuesta, esos cambios pueden echar a muchos ganaderos de Suprema, lo que supondrá un quebranto para su economía, habida cuenta de que esa marca permite obtener “una mejor remuneración por las canales” y le da “prestigio al productor”.

Si este cambio sigue adelante, “muchos ganaderos tendrán que producir fuera de la marca”, sentencia.