Cordialidad, y poco más, en el encuentro de Méndez y Rueda

La reunión entre el presidente de la Xunta y la alcaldesa nos dejó buenas palabras y la supuesta intención de buscar puntos de encuentro, pero ningún acuerdo cerrado

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José Luis Ramudo

Lugo - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Fue un encuentro cordial. Faltaría más. Son personas que llevan muchos años en política y se da por hecho que saben comportarse de una forma normativa, incluso amable, con aquellos que no piensan necesariamente como ellos. El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, y la alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, son rivales políticos, pero no enemigos. Sería una sorpresa mayúscula que hubiesen salido de la reunión agarrados por la pechera y amenazándose mutuamente. Nada de eso sucedió, evidentemente. Saben actuar con corrección.

Debemos quedarnos con eso, con las formas, porque el fondo fue más bien pobre. A pesar de esa cordialidad, del intercambio de ideas e impresiones, no se puede decir que la reunión hubiese sido especialmente productiva. En realidad, no fueron capaces de cerrar ningún acuerdo concreto para la ciudad.

Está bien que aquellas personas que tienen la obligación de tomar decisiones importantes desde la responsabilidad de su cargo se sienten a hablar. Es lo mínimo exigible. Ahora bien, además de charlar un rato y de reafirmarse en sus respectivas posturas, esa cordial conversación debería desembocar en acuerdos para sacar adelante asuntos que nos conciernen a todos. De lo contrario, su utilidad es escasa, por decir algo. Pasan los años y en Lugo no salimos de los mismos temas.

Rueda y Méndez se reunieron ayer por la tarde en la Delegación Territorial de la Xunta en Lugo

SIN ACUERDOS

Después de la reunión, seguimos sin fecha para la apertura del nuevo auditorio de la ciudad y tampoco sabemos qué sucederá con la Ronda Este, porque su ejecución está supeditada a un “consenso” que todavía no se ha alcanzado. Tampoco tiene un horizonte definido la actuación prevista en A Tinería, en el Pazo de Dona Urraca y la Casa da Torre; mientras que el Centro de Saúde del Sagrado Corazón sigue pendiente de la cesión del terreno por parte de la administración local.

En cuanto al Museo da Romanización, el desencuentro sigue siendo evidente. Las posturas siguen igual de alejadas que el primer día. El Ayuntamiento le pide a la Xunta que se comprometa con una inversión importante, mientras el gobierno gallego solo parece dispuesto a “complementar” la financiación que antes tiene que garantizar la entidad municipal. Casi parece el juego del gato y el ratón en versión institucional.

Ambos coincidieron, al menos, en la necesidad de mantener las titulaciones en el Campus de Lugo y en reclamar la llegada de más trenes a la ciudad, especialmente cuando empiece a funcionar la estación intermodal. En ambos casos, las buenas palabras no cuestan dinero y el futuro no está escrito. Es probable que dentro de un año haya otra reunión entre el presidente de la Xunta y la alcaldesa. Si Rueda gana las elecciones autonómicas, será la tercera con Lara Méndez para hablar de los asuntos de la ciudad.

Es impensable que el auditorio de la ciudad no esté entonces funcionando. De todo lo demás, no me atrevo a pronosticar nada. En todo caso, si tuviese que apostar unas cañas en el bar de mi barrio, diría que muchos de los asuntos tratados seguirán “sobre la mesa”. Y el encuentro volverá a ser cordial.

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