El secreto que esconde el mural de la Cofradía de Pescadores de Burela (Lugo): algo no debería estar ahí
Cuando se cumplen los 100 años de existencia de la Cofradía de Pescadores de Burela, la imagen del ediificio marinero ha cambiado sustancialmente gracias a unos vecinos con mucho arte
Ribadeo - Publicado el
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El edificio de la Cofradía de Pescadores de Burela (Lugo) tiene 90 metros lineales, y hasta el último centímetro está cubierto de arte, por el mural artesanal que varios artistas y entidades locales han realizado para conmemorar el centenario del pósito.
Asociaciones somo Saúde Mental A Mariña, Fundación Eu Son, Afán Burela, Coidando de Vós, o la Residencia y Centro de Mayores, además de amigos y grafiteros, se pusieron a las órdenes de los artistas Martín Lestao y Belén Mogo que capitaneaban la composición.
En la obra hay un poquito de todo: pescadores, pescados, gaviotas, pulpos, barcos, sirenos... y hasta un perro. Porque no faltan las referencias etnográficas gallegas, y como en cada foto de una aldea gallega hay uno o dos perros... pues también están en el mural marinero.
el sello personal y alguna sorpresa
Y algo más, un "toque de humor", con una gaviota que encima es móvil. En el mural se han dibujado unos marineros tirando de una cuerda y al otro extremo hay una gaviota atada y "la gaviota en sí es móvil porque la puerta en la que está dibujada es corredera y entonces cuando la abren es como que la gaviota se abalanza sobre los marineros".
Hay hasta una gallina, porque Burela es marinera pero también labrega. En definitiva, tuvieron mucha libertad creativa y también ayuda. Además de caballitos de mar, tortugas e incluso fotografías antiguas de los marineros de Burela adaptadas al conjunto.
Son muchos detalles que forman un conjunto muy equilibrado y estético. Hubo que darle marcha a la obra para acabar a tiempo porque se aproximaba la fecha de entrega y estaban aún con los últimos retoques. El proyecto es una idea de los estudiantes de Bachillerato de Artes del Instituto Monte Castelo de Burela que los artistas ejecutaron "llevando a su propio campo".
Aparte del tema artístico, había barnices, piezas por juntar porque hay zonas de mosaico, y muchos detalles para los que contaron con la ayuda y apoyo de tanta gente... tanta que hasta los que pasaban por allí cogían brocha o cola y se ponían a ello, un buen ejemplo es el propio presidente de la Cofradía, Basilio Otero, que más de una vez echó un cable.
explorar su propio estilo
Para los artistas, Martín Lestao y Belén Mogo, los murales son una oportunidad de explorar su propio estilo. Experimentan con varias técnicas: mosaico, pintura, bajorrelieve. Y más allá porque el mural tiene una zona casi escultórica, la del Torques de Burela que sobresale del muro con gran presencia.
El trabajo quedó genial y tiene alguna zona inclusiva, para ciegos. Un edificio con arte por los cuatro costados que alberga un arte ancestral, la pesca.
Los artistas quedaron encantados con el resultado porque el trabajo era un verdadero reto "hubo un momento que nos vimos así un poco tal", reconoce Belén. Y además salieron satisfechos porque no tuvieron que sacrificar nada de lo planteado en un primer momento, incluso fueron añadiendo detalles, "hubo tiempo para todo".