El ourensano que asombraba al mundo con sus piruetas en el aire en el Madison Square Garden

El mejor acróbata aéreo del mundo a mediados del siglo XX era un hombre natural de Alongos en Ourense. Luis Lorenzo apodado “El Gran Logano” fue el contorsionista que maravilló al mundo con sus acrobacias a 12 metros de altura entre el asombro de miles de espectadores.

“El Gran Logano” deleitó con su arte en el Madison Square Garden ante 16.000 espectadores que aplaudían sus acrobacias en el aire. Su éxito recorrió los circos de los EEUU, Canadá o Cuba donde salió a hombrOs y llegaron a crear unas esculturas con sus contorsiones.

Luis Lorenzo comenzó muy joven en el circo tras maravillar en una prueba realizada en Valencia. “Fueron allí y le dijeron que había una persona en Alongos que era un fenómeno, allí se fue a realizar la prueba y la gente se volvió loca cuando vieron que a 10 metros de altura hacía unas contorsiones asombrosas” resaltó su hijo en una entrevista en Cope Ourense.

Desde ahí pasó al circo más famoso del mundo, el circo Ringling Bross de Nueva York en el año 1.954. Su hijo, José Luis Lorenzo, señaló que era el “mejor espectáculo del mundo con los mejores y mi padre estaba en la pista central”.

“Estuvo varias veces en el Madison Square Garden y tenía grandes memorias de Nueva York y de este lugar tan especial” señaló su hijo, quien afirmó que su padre hacía “contorsiones difíciles de hacer poniendo las piernas detrás del cuello y de la espalda y se colgaba de los dientes a 12 metros de altura sin protección por lo que yo no he visto otro”

José Luis Lorenzo sigue sus pasos y durante 10 años compartieron espectáculo acróbata en el aire. “Yo hice cosas parecidas pero el crack era mi padre que estuvo deleitando al público por Europa hasta los 67 años” destacó su hijo.

En una entrevista en Cope Ourense, nos explicaba que “El Gran Logano” fue “lo mejor que se vió en el mundo” y así lo reflejaban las crónicas del momento.

Sobre la sensación que tenían cuando realizaban piruetas en el aire, manifestó que “casi no sientes nada porque son miles de personas viéndote y te olvidas de la altura” y al recibir el aplauso “te reconforta”.

UN ESPECTÁCULO MUY ESPECIAL

Su hijo decidió seguir su estela cuando lo vio en una actuación con solo 5 años y con 15 años inició el espectáculo con su padre. “Con él ensayé mucho y era un entrenador fantástico” y, tras 10 años en un espectáculo conjunto, decidió continuar su camino y realizó espectáculos parecidos en Sudáfrica y por toda Europa.

En su intervención, aseguró que el circo cambió mucho en las últimas décadas ya que “no es lo mismo el circo de hoy que el de antaño porque antes era el pan del pueblo y había mucha atracción por el circo en los años 40 o 50” y “ahora son circos más familiares”. Con todo, considera que el circo “tiene futuro” y recordó que “tiene más de 5.000 años desde la época de los egipcios y sigue fascinando”.