¿Qué es la prueba de la tuberculina y cómo funciona?
El Sergas lleva a cabo un cribado en Sanxenxo por la aparición de un caso positivo de tuberculosis. Susana Mirás, jefa del Servicios de Control de Enfermedades de la Consellería de Sanidade, explica cómo se diagnostican los posibles positivos

Pontevedra - Publicado el - Actualizado
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La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que, aunque prevenible y curable, sigue siendo un problema de salud pública mundial. Para detectar la infección por TB, una de las pruebas más utilizadas es la prueba de la tuberculina, también conocida como prueba de Mantoux.
En una entrevista en COPE Pontevedra y ante el caso detectado en Sanxenxo, Susana Mirás, Jefa del Servicio de Prevención y Control de Enfermedades de la Consellería de Sanidade, ha explicado en qué consiste esta prueba: "la prueba de la tuberculina consiste en administrar un preparado en la zona del antebrazo a través de una jeringa intradérmica, es decir, por debajo de la piel. Se introduce una pequeña cantidad de líquido, formándose una pequeña ampolla".
¿Cómo se interpreta la prueba?
Pasadas 72 horas, la persona debe acudir al centro sanitario para que se mida la reacción en el sitio de la inyección. Se miden los milímetros de induración (área endurecida) que se ha formado.
Si la induración supera un determinado tamaño (variable según el riesgo de la persona), se considera que la prueba es positiva, lo que indica que la persona está infectada por la bacteria de la tuberculosis. Importante: esto no significa necesariamente que la persona tenga la enfermedad activa, sino que ha estado en contacto con la bacteria.
Por el contrario, si la induración es pequeña o inexistente, se considera que la prueba es negativa.
¿Qué ocurre si la prueba es positiva?
Como ha señalado Mirás, "si da positivo, decimos que esa persona está infectada de tuberculosis. Ojo, no tiene la enfermedad, simplemente que estuvo en contacto con un enfermo de tuberculosis y tiene la infección, es decir, tiene el bacilo".
En caso de resultado positivo, se realizan pruebas adicionales, como una radiografía de tórax, para descartar la enfermedad activa. Además, se puede recomendar un tratamiento preventivo para evitar que la infección se desarrolle en enfermedad.