Música que suma fondos para que personas con discapacidad completen el Camino de Santiago

Por segundo año consecutivo, la Orquesta Clásica de Vigo ha ofrecido un concierto para ayudar a la DisCamino, asociación viguesa que trabaja para la inclusión de personas con discapacidad física, intelectual, sensorial y en riesgo de exclusión social a través del ciclismo y el senderismo adaptados. 

Los trabajadores y voluntarios de DisCamino ayudan a mucha gente a, entre otras cosas, cumplir su sueño de llegar como peregrinos a Santiago de Compostela, a completar un recorrido que se les haría inabarcable si lo abordasen por su cuenta. Quienes han hecho el Camino de Santiago es probable que se hayan cruzado con ellos porque lo han completado en más de un centenar de ocasiones con más de medio millar de personas con algún tipo de discapacidad. Y eso, claro, no sale gratis. Comenzando por el material que DisCamino necesita para cumplir con su función.

"En el primer año necesitábamos una silla nueva de montaña y se consiguió el dinero suficiente para comprarla. Es material carísimo", ha explicado en COPE Javier Pitillas, promotor de la oenegé DisCamino. Este segundo concierto, celebrado el viernes, buscaba dinero para una furgoneta adaptada, cuyo precio ronda los 40.000 euros, un tercio de los cuales ya los había ido ahorrando, "como hormiguitas", la ONG.

"Para nosotros es fundamental, porque siempre que nos movemos por ahí, tanto si vamos a un colegio a dar una charla, tenemos que llevar las sillas de ruedas en la furgoneta; o si vamos a un camino tenemos que mover los triciclos en una furgoneta, a veces en dos; no es raro que para un camino vayamos con tres furgonetas", explica Pitillas, quien se deshace en elogios en la aportación que supone para la ONG el concierto de la Orquesta Clásica de Vigo.

una iniciativa que crece

Los datos que DisCamino ofrece en su web están desactualizados porque se desactualizan con facilidad, tal es la pujanza de esta organización tan querida en Vigo y en la provincia de Pontevedra. Actualmente cuenta con 90 pilotos, seis días a la semana, y hace actividades con más de 180 personas de Vigo y alrededores . 

"Han hecho el Camino con nosotros gente de fuera de España , incluso para este año tenemos proyectados, el calendario está aun en construcción, 12 caminos ya, y de los 12, nueve son con gente de fuera, gente de EEUU, Puerto Rico, Italia", explica Pitillas, según el cual los números de la web "hay que actualizarlos pero es complicado porque día a día se van sumando personas que vienen a ayudarnos y gente que vienen teóricamente a ser ayudadas pero que finalmente nos ayudan a los que estamos ahí".

llegar a santiago

Son muchas las veces que DisCamino, voluntarios y usuarios, se han plantado en la Plaza del Obradoiro tras haber completado el Camino, tantos que cualquiera diría que la monotonía amenaza con restar magia a la experiencia, pero Pitilla niega la mayor.

"Siempre es diferente. Nosotros insistimos muchos cuando vamos a colegios a dar charlas o a cualquier otro foro en el que nos quieran escuchar: que aunque hagas una misma ruta, diez, veinte, treinta veces, la ruta no es el camino que pisas, la ruta es la gente con la que vas, las historias con las que convives. Alguien puede pensar: si has llegado 130 veces a Santiago ya debe ser eso una rutina. Pues para nada, porque las historias con las que nos encontramos son realmente escalofriantes", narra la cabeza visible de esta ONG.

Por ejemplo, "la historia de Mónica, que trabajando le cayeron mil kilos encima", o "la historia de José Luis, un chico que tiene ELA y al que acabamos de recibir", enumera.

"Estas personas tuvieron una primera vida en la que aparentemente no había ningún tipo de discapacidad ni de problema y de repente su vida se rompió, se truncó, y tuvieron que pelear para poder recolocarse otra vez y darse cuenta de que la vida sigue, de que hay que dejar de pensar en lo que uno ya no puede hacer y ponerse a pensar en lo que todavía se puede hacer porque todavía se pueden hacer muchísimas cosas", afirma Pitillas.

rebelión

DisCamino se revela contra quienes aseguran que hay personas que no puede hacer  determinadas cosas y lo demuestra cada día, participando además de la emoción de quienes, contra el pronóstico de muchos, lo consiguen. 

"Cuando esas personas después de conseguir superar ese bache tremendo, luego se plantean hacer una cosa tan difícil, tan complicada como el Camino de Santiago, cosa que mucha gente si problemas no se atreve a hacer, pues cuando llegan a la Plaza del Obradoiro son tantas las emociones que se juntan ahí que, bueno, eso obviamente se contagia. Porque hemos convivido con ellos, hemos sabido de su realidad y obviamente son momentos tremendos", relata.

El camino parece, y de hecho, es complejo, pero mucho más resulta lo que sucede antes de emprender la marcha: "Como cuando dimos la vuelta a la Península Ibérica. La gente dice: habéis estado 73 días pedaleando, 4.600 km, pero eso no es lo difícil, lo difícil es haber encontrado 73 alojamientos en 73 sitios diferentes que nos permitan entrar con la silla de ruedas, eso es realmente lo complicado".

Escuchar a Pitillas es una terapia estupenda, una forma de recibir una suerte de inyección de optimismo que hace el mundo más amable. Tal vez por eso la Orquesta Clásica de Vigo se sume con tanto entusiasmo a esta iniciativa con su concierto de navidad, que un año más ha ayudado a DisCamino a reunir unos cuantos euros con los que seguir ofreciendo tanto a tantas personas.