CULTURA
Vivir el Día de los Muertos en Vigo, a 8.839 kilómetros de distancia
La Asociación de Mexicanos en Galicia busca y encuentra puntos de encuentro con nuestro Samaín
Vigo - Publicado el
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Pocas cosas celebran con tanto deleite y alegría los mexicanos como la festividad del Día de los Muertos, una tradición parcialmente (sólo parcialmente) heredada del Día de Todos los Santos español y que la UNESCO declaró como Patrimonio Cultural Inmaterial en 2008. En México los días 1 y 2 de noviembre son una gran fiesta, de la que no se disfruta de la misma manera cuando estás a 8.839 kilómetros, que es la distancia que separa a Julia Acevedo, residente en Vigo, de su Guadalajara natal.
"En casa montamos nuestro altar, nos comemos nuestro pan de muerto, tenemos a nuestros seres queridos", cuenta Julia, quien preside la Asociación Mexicanos en Galicia, a la que se van sumando poco a poco nuevos miembros de entre el millar aproximadamente de mexicanos que habitan en esta comunidad autónoma.
A uno de los abuelos de la familia de Julia, que era español, de León, le ponen en el altar jamón serrano y "su copita de vino tinto", que era lo que gustaba, y al resto tamales y taquitos. Lo hacen con la seguridad de que aparecerán, porque lo bueno de esta celebración es que para los muertos no hay distancias y pueden presentarse tanto en Guadalajara como en Vigo siempre que los vivos se acuerden de ellos, como bien entendió todo aquel que haya visto alguna vez Coco.
"Coco, la verdad, es que está muy bien hecha; yo muchas veces la recomiendo a la gente que se acerca porque tiene, la verdad, muchísimos detalles de cómo se celebra, de cómo es la historia, de cómo se vive, del significado. Yo creo que no le faltan muchos detalles, la verdad, que está muy bien hecha, muy elaborada. El fin de la película es entender que nos vamos, pero que siempre vivimos en el corazón de la gente que nos quiere", asegura Julia.
El Día de los muertos en galicia
Como residente en Galicia, Julia y su asociación tratan de transmitir sus costumbres a la población local, por eso han colocado altares a los muertos en diferentes localidades de la comunidad y organizado multitud de actividades, comenzando con un recorrido de truco o trato por el barrio de O Calvario de Vigo o una cita con las Catrinas. De modo que Halloween, el Samaín y el Día de los Muertos se entremezclan en un mestizaje de tradiciones que no puede sino enriquecer.
"Al final de cuentas, mira, por ejemplo el Samaín, esa fiesta en donde se festejaba el fin del verano, el fin de la cosecha. Y bueno, también se tenía la creencia de que bajaban los espíritus, ¿no? Y andaban por aquí. Y en ese aspecto pues es una cuestión que es un poco similar. Lo que pasa es que en México nosotros creemos que vienen pero como ya van a venir pues ya les ponemos un plato de su comida favorita, su vaso de agua para que beban", explica Julia, que detecta en todo caso notables diferencias entre la tradición en México y en Galicia o España.
"No es muy diferente la percepción de la muerte pero nosotros lo celebramos con color, con comida, nosotros celebramos la vida, por decirlo así, tenemos por ejemplo Calaveritas literarias donde nos burlamos de la muerte, tenemos una gastronomía que también lleva todo todo lo relativo a esta fiesta. La diferencia, pues, es que nosotros lo vivimos como muy colorido, como muy de fiesta, y aquí se vive como un poquito más tétrico.
Por aquí, poco a poco se ha ido colando Halloween y esa forma de celebrar la noche del 31 de octubre. Con tanta variedad, lo importante, tal vez, sea únicamente celebrar, con o sin disfraz, con o sin tamal, con o sin altar.