El Club Voleibol Palma agota opciones de supervivencia en el tiempo de descuento
El 30 de Junio es la fecha tope para cerrar un patrocinador, de lo contrario el club desaparecerá.

Imagen de archivo del Club Voleibol Palma
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Club Voleibol Palma ya está en el tiempo de descuento. Como España ayer ante Croacia, el club mallorquín espera resolver en la prórroga la eliminatoria. Es ser o no ser. Lo tuvo encarrilado, tenía patrocinadores y tenía un acuerdo con el Palma Futsal además de la ayuda del Govern, todo iba bien. Después lo tuvo todo perdido porque los patrocinadores decidieron no continuar, todo peligraba; y ahora en el tiempo extra esperan que las gestiones realizadas con posibles patrocinadores den su fruto y eviten la desaparición de la entidad.
No sobra el tiempo, la fecha límite que se pusieron para confirmar la inscripción efectada en la Superliga es este 30 de Junio. En el Club continúan esperanzados en poder cerrar con algún patrocinador la continuidad del club. Son entre 70.000 y 100.000 euros lo necesario para poder sacar adelante un equipo profesional, ya que los demás gastos están cubiertos con el patrocinio del Govern y la colaboración con el Palma Futsal.
Ya no se trata de retener a sus buenos jugadores, la mayoría de los cuales están comprometiéndose con otros equipos porque no pueden seguir esperando, se trata de tener equipo. En el club no tiran la toalla y esperan que cristalice alguna de las gestiones que se han hecho con diferentes empresas, sobre todo porque la relación inversión-impacto publicitario es muy alta. El patrocinador le da nada menos que el nombre al equipo, un nombre que se repite continuamente en todos los medios de comunicación y que registran un alto grado de penetración en la sociedad, que se lo digan a Urbia, marca que no conocía nadie hasta su entrada en el voleibol. O U Energia que se presenta como empresa mallorquina y lanzando mensaje de proximidad.
La desaparición vuelve a amenazar una vez más al club de voleibol de Palma, como ha venido sucediendo cíclicamente desde que en la década de los 80 el empresario Damián Seguí fundara el primer Son Amar. En los 80 y los 90 la existencia del voleibol de élite en la capital balear y por extensión en la isla de Mallorca dependía de los proyectos de Seguí y de su impulso personal. Cuando Seguí se cansaba de poner dinero o quería tomarse un respiro desaparecía el equipo. Después vendría el proyecto del Voleibol Pórtol (Drac Palma) que igualmente tuvo éxito conquistando títulos y jugando en Europa gracias al apoyo de Seguí si bien no era la única fuente de ingresos del club ya que apoyaba el Govern y también del que fue propietario del Mallorca, el empresario Vicente Grande. La quiebra de las empresas de Grande se llevaron por delante aquel proyecto también.
De nuevo en esta última década el voleibol Palma esta vez con el nombre de la finca de Seguí, Can Ventura, devolvía la isla a la élite con un gran equipo que conquistó Superliga y Copa. De nuevo un fogonazo en la oscuridad, un club que dio luz al deporte balear, un súper equipo que a pesar de la muerte de Seguí consiguió dar continuidad al proyecto con el patrocinio de Urbia. Pero la retirada de éste y de U Energía ha dejado al club en situación muy comprometida.
En el club recerdan que "es una de las inversiones con más retorno que hay, porque no son cantidades muy importantes y tiene un gran retorno como demuestran todos los datos que tenemos" recordaba el presidente Carlos García. El técnico Marcos Dreyer comenta que "parece que tenemos que pedir limosna y se trata de creer en el deporte y el retorno que tiene el voleibol o no".