El mallorquinismo celebra el ascenso de Sant Joan

El club recuerda el ascenso de la mágica noche de Sant Joan de 2019 con la remontada ante el Deportivo. Los aficionados están compartiendo sus recuerdos de aquella noche

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Es la noche de Sant Joan, la noche mágica con la que se da por inaugurado el verano cada año. Este año diferente, como el anterior, por las lógicas restricciones para evitar aglomeraciones. Eso que agradecerán las playas por otro lado, que permanecen cerradas desde las 19h para y no recibirán toda la basura que por desgracia los incívicos dejan cada noche de Sant Joan.

Pero es una noche mágica para el mallorquinismo desde hace dos años. Cómo olvidar el gol de Abdón Prats que culminaba una remontada espectacular ante el Deportivo que consumaba el octavo ascenso a la Primera División. Aquella noche en Son Moix se lloró como nunca, se rio como nunca, corrieron las emociones como nunca. Eran seis años sin estar en Primera División, de pasar mucha vergüenza con gestiones nefastas del recordado Serra Ferrer y sus socios, de inversores nunca aceptados como Claassen (aunque invirtió más que el ex técnico mallorquín), de compras frustradas como la de Aouate, de equipos que dieron lástima, nunca competitivos, siempre indolentes. Aquel club desnortado desde casi el comienzo de la década que trituraba entrenadores y jugadores fruto de una gestión desnortada y sin conocimiento.

Y aquel club al que finalmente llegaron inversores muy importantes (Sarver y Kohlberg) que a pesar de inyectar millones no tuvieron en su inicio la capacidad suficiente para enderezar la nave, y la nave se fue a Segunda B. Fue aquel descenso el que provocó el renacer social del mallorquinismo, del orgullo de pertenencia y al mismo tiempo el renacer deportivo con tabla rasa de jugadores y un buen director al frente, Vicente Moreno.

Molango y Recio supieron reconstruir el proyecto, con un nuevo grupo de jugadores y un técnico con calidad de trabajo como Moreno el RCD Mallorca volvió a Segunda y se metió al final en la promoción de ascenso a Primera. Nadie contaba con el Mallorca, un equipo fiable en casa entonces pero muy poco fuera. Pero el Mallorca creyó en sí mismo, y lo demostró ante el Albacete. Sin embargo en la ida de la final en Riazor fue superado claramente por el Deportivo. El 2-0 parecía dejarlo todo sentenciado. A la historia pasan los gestos de Abdón del tres hacia los aficionados bermellones para la vuelta en Son Moix. Parecía sólo una bienintencionada declaración de fe.

Pero no fue así, fue precisamente él, Abdón, quien lograba el tercero tras el golazo inicial de Budimir (ahora vilipendiado por algunos por querer irse a Osasuna pero ahí queda para la historia), el de falta de Salva Sevilla y finalmente el chutazo desde la frontal de Abdón el tercero.

El final del partido supuso una invasión de campo como en las imágenes de toda la vida en blanco y negro y en color. Hoy está ya mal visto, está prohibido, acarrea sanciones, no digamos ahora en tiempo de pandemia, no se debe hacer. Pero aquel ascenso era la explosión del mallorquinismo, la consumación de una reconstrucción y una gran obra cuyos arquitectos fueron Molango, Recio y Moreno, y un grupo de jugadores honestos con su profesión, un buen grupo como se suele decir.

El Mallorca ha recordado la noche de Sant Joan con un video y las reacciones de los aficionados no se han hecho esperar.

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