Se casa en Mallorca y en plena ceremonia ocurre algo que lo cambia todo inesperadamente: “No nos dimos cuenta”

Si hay un evento que a todos nos gusta disfrutar, ya seamos protagonistas o invitados, es el de una boda. Porque sí, no hay nada más bonito que poder celebrar el amor que se tienen dos personas y esa unión que se prometen para que sea eterna. 

Es un día que está lleno de cosas buenas, y que, por lo general, lo disfrutas tanto que se te pasa enseguida. Te pones al día con viejos amigos o familiares a los que hace tiempo que no ves, bailas y cantas hasta quedarte afónico, y comes más rico que nunca.

Sí, las bodas es uno de esos eventos a los que, al menos una vez en la vida, estaremos invitados. Y no hay nada que nos guste más que ir a ellos.

Y aunque es un día de suma felicidad, especialmente para los novios, lo cierto es que hay algunas en las que esa alegría se torna en tristeza. Y no por lo bonito que se celebra en sí, sino por lo que ocurre en ese día.

Si no, que se lo digan a Gloria. Ella es una joven que se casó en Mallorca (un lugar idílico para casarse, dicho sea de paso) y ocurrió algo en plena ceremonia que hizo que todo ese día de júbilo terminase por disiparse.

Lo que ocurre en plena ceremonia que lo cambia todo

Puede parecer mentira, pero lo que iba a ser el día más feliz de Gloria y su marido, se convirtió en una pesadilla de la que es difícil recuperarse. Y es que, mientras se estaban casando y disfrutando de poder estar ahí rodeados de familia y amigos, alguien les robó. 

El 'modus operandi' fue confirmado por la propia Guardia Civil y fue tan tácito que no se dieron cuenta. Y es que se casaron en una finca privada enorme, a la que solo podían acceder los invitados y los participantes en la boda, ya fuera de catering o DJ.

Sea como sea, un hombre se presentó como un ayudante de la empresa de crepes que habían contratado, y consiguió, así, colarse en el recinto.

A partir de ese momento, comenzó la odisea y, este hombre, infiltrado en la boda, se dedicó a revisar bolsos y carteras y llevárselo todo.

En ese momento, la única persona en darse cuenta fue la hermana de la novia, que, mientras se estaban preparando, notó que no aparecía su cartera.

Al día siguiente ocurrió lo mismo, y ya, más desesperada, volvió a preguntar por su cartera. Como el día anterior había sido ajetreado, no pensaron que se tratase de un ladrón, pero, a los días, llamó la Guardia Civil alertando de que varios invitados habían denunciado un robo ahí.

Afortunadamente, la Guardia Civil consiguió detenerlo luego de que hubiera hecho varios gastos con las tarjetas robadas. “Cuando nosotros salimos a la ceremonia, que fue al mediodía, la casa se quedó vacía. Durante esas horas, esta persona se dedicó a robar” decía Gloria afectada.

No solo eso, sino que les robaron todos los regalos que les habían hecho en metálico.

Trabaja como camarero en una boda y esto le pasa con un invitado

Esta anécdota la ha recogido la cuenta de X, antiguo Twitter, @SoyCamarero, al preguntar a sus seguidores qué "anécdota de tierra trágame que te ha ocurrido con algún cliente".

Era Carlos quien respondía, contando cómo una vez tuvo que trabajar en una boda y la lió de tal manera que terminó avergonzado. Hay que decir, aunque seguro que lo sabes, que trabajar en una boda es una tarea de lo más complicada, porque todo el mundo está pendiente de que todo salga bien y que no haya ningún imprevisto.

Suele ser un trabajo con mucho estrés en el que contentar a los novios es la parte más importante. Por eso, esto que le pasó a Carlos fue tan duro y le pareció un momento "tierra, trágame".

"Manché 4 veces seguidas al mismo invitado de una boda. A la quinta fue con el pastel de boda al caerse el piso de arriba" contaba. Fue tal, que tuvo que acabar pagando el importe íntegro del traje del invitado. Y sí, te puedes imaginar, un traje no es precisamente barato.

Una anécdota digna de contar y que, seguro que con el tiempo, ha servido para reírse y contarla en diferentes círculos sociales.