Ibrahim, el niño riojano que debe viajar a San Sebastián para revisar su implante coclear sin el suficiente apoyo económico
2.400 pacientes de La Rioja son derivados cada año a hospitales de otras comunidades autónomas. Entre los casos más destacados se encuentra el de Ibrahim, un niño de cinco años nacido en Logroño con sordera profunda
Logroño - Publicado el - Actualizado
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En La Rioja, alrededor de 2.400 pacientes son derivados cada año a hospitales de otras comunidades autónomas. Estas derivaciones, necesarias para acceder a tratamientos especializados que no se pueden ofrecer en el Hospital San Pedro de Logroño, implican un importante gasto económico y logístico para las familias afectadas.
La Consejería de Salud de La Rioja justifica este sistema destacando que los convenios con hospitales como el Universitario Marqués de Valdecilla en Santander, el Miguel Servet en Zaragoza o el Universitario de Navarra en Pamplona permiten asegurar que los pacientes reciban la atención adecuada en centros con alta especialización. Sin embargo, estas derivaciones conllevan un impacto considerable en las familias.
Aunque el Gobierno de La Rioja destina cerca de 400.000 euros anuales a cubrir parte de los gastos de transporte, alojamiento y dietas, las ayudas no siempre son suficientes. Los reembolsos, que incluyen 0,14 euros por kilómetro en vehículo particular o el coste de transporte público, no cubren gastos inevitables como taxis, peajes o aparcamientos. Además, las dietas oscilan entre los 9 y 38 euros diarios, dependiendo de la justificación de los gastos, pero solo se contemplan en casos de hospitalización o citas consecutivas.
La historia de Ibrahim
Entre los casos más destacados se encuentra el de Ibrahim, un niño de cinco años nacido en Logroño con sordera profunda. Su madre, Dorsaf, lucha incansablemente por garantizarle una mejor calidad de vida. Ibrahim utiliza un implante coclear, un dispositivo electrónico que le permite percibir sonidos, aunque no restaura completamente la audición. Para las revisiones periódicas de su implante, Ibrahim debe desplazarse a la Unidad de Implante Coclear del País Vasco, ubicada en San Sebastián, debido a la ausencia de un servicio equivalente en Logroño.
Dorsaf, que llegó a La Rioja en 2017 desde Siria, gestiona una pequeña pastelería llamada Damasco en la calle La Cigüeña. Esta madre también debe enviar parte de sus ingresos a su familia en Siria, lo que agrava las dificultades económicas para cubrir los costos asociados a los tratamientos de Ibrahim. Además, el coste de mantenimiento del implante coclear, que puede oscilar entre 500 y 700 euros por reparación, supone un gasto extra que muchas familias no pueden asumir fácilmente.
impacto emocional y social
Más allá de los gastos económicos, los desplazamientos también tienen un impacto emocional en los pacientes y sus familias. En el caso de Ibrahim, las dificultades no se limitan al tratamiento médico. En su colegio en Logroño, recibe apoyo de dos educadoras que trabajan con él para garantizar que pueda seguir el ritmo de sus compañeros. Además, Andrea Echazarreta, directora de un centro de atención temprana, trabaja con él desde el verano pasado y destaca los grandes avances que ha logrado, aunque subraya que el proceso es complejo y requiere mucha atención.
Solidaridad local
Dorsaf ha encontrado el apoyo de sus vecinos. En su pastelería, vende una tableta de chocolate rellena de pistacho, cuyo precio de venta ayuda a recaudar fondos para los gastos médicos de Ibrahim. Este gesto solidario ha movilizado a muchos vecinos de Logroño, que han contribuido comprando estos dulces.
La situación de Ibrahim no es única. Muchas familias riojanas se enfrentan a casos similares debido a la necesidad de desplazarse para tratar enfermedades complejas, que requieren atención altamente especializada. Estos casos ponen de manifiesto la necesidad de mejorar las ayudas públicas y de ampliar los servicios sanitarios especializados en La Rioja.
Cómo ayudar
La historia de Ibrahim y Dorsaf es un recordatorio del impacto que la solidaridad puede tener en la vida de una familia. Si deseas apoyar, visita la Pastelería Damasco en la calle La Cigüeña, 59, cerca de la Universidad de La Rioja, y prueba su tableta solidaria. Cada pequeño gesto cuenta para ayudar a Ibrahim y su familia.