De Murillo a Kenia: El bar solidario de La Rioja que quiere cambiar vidas

El próximo 24 de febrero, el bar Plaza de Murillo reabrirá sus puertas con un propósito que va más allá de servir comida: se convertirá en un punto de encuentro para quienes desean hacer el bien, mientras disfrutan de buena comida. 

Tras varios meses de inactividad del bar Plaza, la ONG Amor Sin Barreras tomará las riendas del local, y lo que antes era un lugar común para los vecinos, ahora será un restaurante cuyo único objetivo es ayudar a los niños del desierto de Turkana, un desolado rincón de Kenia.

las personas que están detrás de esta acción

Ana Baz, fundadora de Amor Sin Barreras, está emocionada por esta nueva etapa, en la que fusiona sus dos grandes pasiones: la hostelería y la solidaridad. Con años de experiencia en la hostelería en Lapuebla de Labarca, Ana confiesa que este proyecto es mucho más que abrir un restaurante.

"Tiene un motivo social maravilloso esta reapertura. Vamos a cambiar un trocito del mundo, llamado Turkana, en el norte de Kenia. Ya desde nuestra ONG venimos echándoles una mano desde hace 3 años, con el cole Pole Pole, y cubriendo su alimentación, educación y asistencia médica. Con el restaurante, lo que vamos a hacer es seguir echándoles una mano", asegura Ana.

El equipo que trabajará en el bar está listo para hacer de este un espacio acogedor, donde cada visitante sienta que está contribuyendo a algo importante. Diego, un chef con gran experiencia, en la cocina junto a Óscar y Karima, mientras que Ana, Soraya y Cristina se encargarán del servicio en barra y mesas.

la gastronomía riojana mejora vidas

Durante estos días, el bar Plaza se está transformando para recibir a los clientes en su nueva etapa. En el pueblo, el rumor sobre la reapertura ya corre de boca en boca, y la gente está llena de curiosidad. Con la certeza de que este es el primer bar de España cuyos beneficios irán íntegramente a un proyecto solidario.

Emigra de Camerún a España con 13 años y la experiencia que vive en La Rioja condiciona su vida casi una década después

Cada plato servido en el restaurante contribuirá directamente a mejorar la calidad de vida de 50 niños de Turkana que acuden cada día al colegio y así poder potenciar su desarrollo educativo y su alimentación: "La filosofía de la ONG es intentar no llevar nada de aquí, comprarlo todo allí para así fomentar también el comercio local de la zona. Nosotros recaudamos fondos y hacemos los envíos de dinero conforme van necesitando comprar fruta, aceite, leche..."