Manuel, arrantzale jubilado de 82 años: "Peligroso era pero si volviera a nacer iría allí otra vez"

Un año más este 16 de Julio, Festividad del Carmen, ha sido un día muy especial para los arrantzales jubilados y las rederas que han recibido un homenaje por parte de la Federación de Cofradías de Gipuzkoa en el Ayuntamiento de San Sebastián. Al acto han acudido 130 pescadores jubilados y una buena representación de mujeres que se dedican al oficio de reparar las redes de pesca. Han sido momentos de emoción,de reencuentros, de rememorar viejas historias de la mar y de reivindicar dos de los oficios más antiguos.

Manuel Oliden tiene 82 años. Es un arrantzale donostiarra, que está jubilado y que vive este día, cada 16 de julio, con inmensa "alegría" por "juntarnos tantos arrantzales de nuestro tiempo". En el caso de Manuel el oficio "lo lleva en la sangre". Comenzó con 12 años. Nos cuenta en Cope Euskadi que "en casa había barco y yo salía de la escuela y me escondía en el barco y mi padre me decía, pero tú que haces aquí".

Manuel añade que para salir a faenar le hicieron un pasavante, un documento que lo autorizaba, "con la condición de formarme en una academia de la Parte Vieja donde saqué los titulos de patron y de mecánico y luego me hice un barco". Manuel se dedicaba a la pesca de bajura pero ha llegado a faenar en San Luis de Senegal y en Dakar. Manuel añade que "era peligroso. En San Luis de Senegal casi perdemos el barco porque chocamos contra unas dunas pero yo, si volviera a nacer, iría allí otra vez".

También nos explica que el oficio ha cambiado mucho. Manuel señala que por los aparatos y la tecnología ya no se trabaja como antes y añade que "el marinero trabaja una cuarta parte porque todo está mecanizado. Antes todo había que hacerlo a mano".

Para Manuel lo más "bonito" de este oficio es "andar a gusto en la mar, como anduve yo y cuando estás pescando, estás riéndote, es una gozada".

HOMENAJE REDERAS

35 mujeres se dedican en Gipuzkoa a reparar las redes de pesca. Son el colectivo de rederas que se distribuye entre Hondarribia, Getaria y Orio. Ahora están "contentas" porque su oficio es mucho más "visible". Edurne nos cuenta en Cope Euskadi que las temporadas que más trabajan son "durante la costera de la anchoa, porque hay que reparar las redes continuamente y en invierno cuando renovamos las redes, quitamos las piezas más viejas y colocamos las nuevas".

A la mayor parte de las rederas la vocación les viene de familia, como hijas o nietas de pescadoras. Es una vida "a veces acelerada pero estás a pie de calle, al lado del mar". Marian lleva ya 35 años en este oficio y no lo cambia "por nada".

Están contentas con los homenajes, que les empiezan a llegar. Marian explica que "los hombres siempre los han tenido pero nosotras ahora también. Se nos ve, nos ha costado mucho entrar y ahora estamos contentas".

Marian señala que el relevo generacional "es difícil, no porque el sector es diferente sino porque la gente quiere otras cosas, estudia y ésto es un trabajo a demanda, no con horario fijo. Por eso aquí lo más importante es que te guste el trabajo y cuando te gusta disfrutas".

PROGRAMA DE ACTOS

El día ha comenzado con un homenaje a los arrantzales jubilados en el Ayuntamiento de San Sebastián. A los de más edad de cada uno de los puertos se les ha entregado un obsequio especial y también a las rederas. Después las autoridades se han subido al barco Isturiz y han acompañado a la Virgen del Carmen en la procesión por la Bahía de la Concha mientras los arrantzales jubilados se han quedado en la Kofradía-Itsas Etxea disfrutando un almuerzo. El acto final ha sido la misa en honor a la Virgen del Carmen en la Iglesia San Pedro del Puerto en San Sebastián.