Muere tras sufrir un infarto cuando iban a traspantarle pelo en una clínica en Bilbao

El paciente sufrió un paro cardíaco, fue reanimado en el quirófano y posteriormente fue trasladado a Basurto y a Santander donde murió

Microimplante capilar

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El hombre, de 39 años, falleció el pasado sábado en Santander, después de haber sufrido el viernes un paro cardíaco en el quirófano cuando iba a ser sometido a una operación estética en una clínica de Bilbao. El fallecido,  natural de Maliaño (Cantabria)  había acudido al centro  privado de la capital vizcaína para un implante capilar. Ya en quirófano, el paciente tras recibir la anestesia, experimentó una 'reacción adversa' y su corazón se detuvo, según ha confirmado el centro médico. En el sitio fue reanimado y trasladado por los servicios de emergencia al Hospital de Basurto. Desde este centro hospitalario fue derivado posteriormente al hospital de Valdecilla, donde finalmente ocurrió la defunción. 

El paciente había contratado los servicios de los cirujanos de un centro médico privado para un implante de pelo. Al recibir la inyección con la anestesia dermatológica local, entró en parada cardíaca. Desde la clínica  sostienen  que 'no hay una relación causa- efecto entre la anestesia y lo ocurrido'. Desde el centro médico han afirmado, además, que 'aún no había comenzado' la intervención para la implantación de los folículos cuando sobrevino el problema del corazón. 

Según la versión de la clínica, el hombre fue reanimado en el quirófano y de inmediato el personal sanitario llamó a emergencias. 'El cirujano acompañó en todo momento al paciente hasta ingresar en el Hospital de Basurto' desde donde fue derivado al Hospital Valdecilla de Santander con el propósito de someterle a un tratamiento con cámara hiperbárica, según aseguraron fuentes del hospital cántabro a El Correo; sin embargo, el hombre terminó falleciendo el sábado.

El equipo médico del centro privado bilbaíno está consternado con lo ocurrido. Afirman que llevan cinco años practicando este tipo de operaciones y que nunca habían sufrido ningún contratiempo. Además hacen énfasis en que una parada  cardio- respiratoria no se puede prever. 

El fallecido fue incinerado en su localidad natal de Maliaño, tras celebrarse el funeral en la parroquia del Santo Cristo de Muriedas- Maliaño.     

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