La expresión de su rostro tras los disparos era de asombro

Agapito Sánchez Ángulo era un peluquero moderno, adelantado a su tiempo, aseguran los que le conocieron. Nacido en Castro Urdiales, Cantabria, abrió su peluquería en Portugalete. Con mucho esfuerzo y no pocos sacrificios consiguió convertirla en una peluquería de referencia para los que querían ir a la última.

00:00

Volumen

Comparte en:

Copiar enlace Descargar

-

-

En la tarde del 19 de enero de 1985, Agapito estaba trabajando en su local como cualquier otro día. A primera hora se acercaron tres miembros de ETA a la puerta de la peluquería, hicieron salir a los clientes que esperaban su turno y se llevaron a Agapito a la parte trasera. Allí, sin mediar palabra le pegaron dos tiros.

La pareja de Agapito,Nieves Fernández con quien tenía un hijo de corta edad, presenció el asesinato.

La excusa que puso la banda terrorista ETA en aquella ocasión fue que Agapito era traficante de drogas.La autoría del asesinato fue del comando orbaizeta

“No olvidaré nunca la cara de Agapito tras recibir los disparos. Su expresión era de asombro, de preguntarse ¿por qué a mi, qué he hecho yo? “ recuerda Nieves en esta entrevista.

Cuando ETA a través de un comunicado asumió la autoría del asesinato y acusó al peluquero de traficante fue otro duro golpe para la familia. “Nunca en mi vida habíamos visto nada de drogas” asegura Natividad que defiende la teoría de los celos profesionales como excusa para poner a Agapito en el punto de mira de la banda. “En aquellos años era muy fácil acusar a alguien de traficante o de chivato y pasar la información para que luego ETA hiciera su trabajo. Yo creo que eso es lo que hicieron con el pobre Agapito” dice Nieves.

Tras ser acusado de traficante por la banda terrorista, un familiar de Nieves se puso en contacto con la banda para pedir explicaciones. “Se marchó a Francia y allí en una reunión le reconocieron que se habían equivocado pero que públicamente nunca rectificarían. Y no lo hicieron”

Al poco del asesinato Nieves y su hijo se marcharon de Portugalete a vivir a Madrid donde empezaron una n nueva vida. “No les perdonaré nunca lo que hicieron”.