"Hijos, vienen tiempos duros. ¿Queréis que nos vayamos de San Sebastián?"

El hijo de García Cordero, reconoce que estudiar fuera le sacó de la 'espiral de odio' en la que vivía

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Iñaki García Arrizabalaga, hijo del delegado de Telefónica asesinado por ETA

Santiago Ruiz de Azúa

Santander - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Telefónica era para la banda terrorista ETA otro de sus objetivos prioritarios. Los ataques contra sus instalaciones fueron una constante durante los años 80 ya que estaba convencida de que el Gobierno hacia escuchas a personas de la organización con la colaboración de la empresa.

El 23 de octubre de 1980, esos ataques dieron un salto cualitativo con el secuestro y asesinato del entonces delegado de Telefónica en San Sebastián Juan Manuel García Cordero a mano de los Comandos Autónomos Anticapitalistas.

Aquella mañana, Juan Manuel salió de su casa temprano para ir a su despacho en el barrio de amara, pero no llegó. Sus colaboradores más próximos se empezaron a extrañar y una llamada a la redacción del diario Egin en Bilbao, confirmó los peores presagios. Había sido asesinado de un tiro en la cabeza y su cadáver abandonado en el monte Ulía. Juan Manuel García Cordero tenía 53 años, estaba casado y era padre de 7 hijos.

Juan Manuel García Cordero

Aquella mañana se ofreció a llevar a su hijo Iñaki al colegio porque estaba lloviendo. “Las bicicletas no son solo para los días buenos” le contestó Iñaki en lo que fueron las últimas palabras entre padre e hijo. “Lo siguiente fue que mi hermano mayor fue a buscarme al colegio porque mi padre no aparecía. Las batidas por el monte para buscarle. Y encontrar su cuerpo” recuerda Iñaki García Arrizabalaga que tenía 19 años cuando asesinaron a su padre.

La familia nunca sospechó que Juan Manuel fuera un objetivo de los terroristas por eso la sorpresa fue mayúscula. “Mi madre nos reunió a todos y nos dijo: hijos, vienen tiempos muy duros. ¿Queréis que nos vayamos de san Sebastián?” recuerda Iñaki. Nunca se fueron.

Iñaki entró en una espiral de odio que le consumía hasta que su madre le mandó a estudiar fuera.”Me salvo la vida” reconoce Iñaki que con ese espíritu de encontrar respuestas participó en el primer encuentro entre víctimas y terroristas que se produjo en España. En aquel duro encuentro, “alguien por primera vez en 30 años tras el asesinato de mi padre, me pidió perdón” recuerda el hijo de Juan Manuel.

En marzo de 1982, ETA asesinó a su sustitutto, Enrique Cuesta

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