Como manda la tradición, la lluvia ha vuelto a marcar la Semana Santa bilbaína. Las cofradías se adaptaron constantemente a los contratiempos meteorológicos e incluso tuvieron que suspender algunas procesiones cuando no hubo más remedio. Aun así, desde la Hermandad de Cofradías Penitenciales de Bilbao hacen "un balance positivo" de estos días festivos, en los que los devotos disfrutaron de los pasos más importantes.

Sin Nazareno

Ya en la primera procesión, la del Viernes de Dolores, un sirimiri que cada vez se hacía más denso, obligo a la Cofradía de la Pasión suspender la Procesión de Nuestra Señora de los Dolores cuando acababa de salir de la Parroquia de San Vicente el cortejo completo, con los pasos de Nuestro Padre Jesús de Pasión y la Dolorosa.

Los dos días posteriores no sufrieron ningún contratiempo meteorológico, pudiendo salir el Sábado de Pasión por la mañana la Procesión de la Caridad, organizada por la Cofradía de Begoña por el Barrio de Begoña. Igualmente, el Domingo de Ramos transcurrió sin problemas la popular Procesión del Borriquito con el buen tiempo y la alegría que le son propias.

Sin embargo, llegó el Lunes Santo, cuando la copiosa lluvia obligó a suspender sin paliativos, antes de salir, la castiza Procesión del Nazareno, con el consiguiente desconsuelo de los miles de devotos que esperan su salida. La imagen del Nazareno, que suscita una gran devoción, es la más visitada durante el año en su templo de la Quinta Parroquia, lo que explica las habituales "lágrimas en la lluvia" que vemos cuando el Nazareno no sale por "su barrio".

"Un montón de público" bajo el paraguas

El público ha vuelto a dejar claro con su presencia en las calles su gusto por las procesiones de la Semana Santa Bilbaína, a pesar del lamentable e incómodo tiempo meteorológico que hemos sufrido. "A pesar del mal tiempo, hubo un montón de público en las aceras que abrió el paraguas y no se movió".