Gloria y Ramón: 76 años de amor y una luna de miel en Barakaldo
Superadas sus bodas de oro, siguen viviendo independientes en su piso de Plentzia y aseguran que están "enamorados y muy felices”
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Conoce la historia de amor "sin fin" de Ramón y Gloria
Vitoria - Publicado el - Actualizado
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Gloria Cámara y Ramón Arrieta se casaron el 18 de junio de 1949 en la Basílica de Begoña, en Bilbao. Tenían 19 años. Hoy, 76 años después, siguen celebrando y disfrutando de su amor. Aseguran que continúan “enamorados y muy felices”
Ambos tienen 95 años y viven solos en su piso “de siempre” en Plentzia. Les atienden sus hijos, pero se valen por sí mismos. Hoy han compartido su historia de amor en los micrófonos de COPE Euskadi en una conversación salpicada de risas y complicidad.
Ramón ha sido marino y ha pasado “media vida en la mar”. Tirando de ironía, señala que ése es el “secreto” para seguir casados tanto tiempo después. Reconoce que es Gloria quien “manda en casa” y califica su capacidad de “aguante” como una de sus mejores virtudes.
Recuerdos de toda una vida
Se conocen “de toda la vida” y se acuerdan perfectamente de cómo comenzó su historia de amor. Ramón era monaguillo y Goria acudía a misa “para verle”.
El día de su boda lo recuerdan con nitidez. “Teníamos solo 19 añitos”, nos dice Gloria y estábamos “muy felices y contentos”, apostilla Ramón.
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Imagen de la boda de Ramón y Gloria
Disfrutaron de su luna de miel en un destino cercano, que sorprende hoy en día. Estuvieron “con una tía de Ramón” en Barakaldo. “Pasamos 8 días estupendos”, confiesan ambos.
Comparten 4 hijos “buenísimos”: Olga, Marina, Joserra y Aintzane, que les han dado 6 nietos y 5 biznietos.
Los brillantes y el "aguante"
El año pasado celebraron con una “fiesta por todo lo alto” sus bodas de brillantes, que Gloria, con ironía, señala que “riman con aguante”.
Cada noche, cuando se acuestan, lo último que hacen es darse un “beso de buenas noches”. “Si se me olvida, me tengo que levantar y dárselo”, apunta Ramón. Es el último gesto diario de una pareja tan inolvidable como envidiable.