Una repartidora de Correos va a entregar un paquete y se indigna con una vecina de Bilbao: "Quedo como una perturbada"

Alba revela lo que le sucedió cuando fue a un chalet de la ciudad vizcaína a última hora del día y el tiempo que le llevó dejar el pedido a la persona que lo estaba esperando

Alba en el vídeo

TikTok: @albitamate

Alba en el vídeo

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

En un vídeo que ha ganado mucha repercusión en TikTok, Alba, una repartidora de Correos, ha contado la frustrante experiencia que vivió mientras entregaba un paquete en un chalet de Bilbao a última hora del día. Lo que debía ser una entrega sencilla se convirtió en una pérdida de tiempo interminable, provocando la indignación de Alba, quien no dudó en compartir su vivencia con sus seguidores.

A las 9 de la noche, Alba se disponía a entregar un paquete a una vecina de la ciudad vizcaína, aparentemente con una vivienda grande, algo que le llamó la atención desde el principio. El paquete era para una persona, pero lo que parecía ser una simple entrega comenzó a complicarse de manera innecesaria. La situación arrancó con un toque al timbre, al que no respondió nadie, pero enseguida una "voz angelical" desde la ventana se ofreció a recibir el paquete. Poco después, una segunda voz también desde el garaje reafirmó que se trataba de la misma persona.

Tras varios intercambios entre las distintas voces, la situación no mejoró. Alba, en su relato, explica que tras varios minutos esperando, la persona encargada finalmente apareció desde la ventana, pero no sin antes pedirle que le proporcionara los datos de la entrega de nuevo. "A ver cómo te lo explico, si estabas dando tú el DNI, ¿por qué no terminas de darlo?", se preguntaba Alba, visiblemente molesta.

Furgoneta amarilla de Correos estacionada en Playa de las Américas. Arona, Tenerife. Canarias

Alamy Stock Photo

Furgoneta amarilla de Correos estacionada en Playa de las Américas. Arona, Tenerife. Canarias

Pero lo más desconcertante para Alba fue la reacción posterior de la vecina. La mujer, lejos de terminar con la entrega, decidió esperar a su marido antes de recibir el paquete. Según Alba, la entrega podría haberse completado rápidamente si la vecina hubiera dado toda la información al principio. "Cuando baje tu marido de los 482 metros cuadrados de escaleras, pues cojo y le doy el paquete y me largo para mi casa", cuenta Alba en su relato, desbordada por la falta de eficacia.

La situación que parece trivial se convierte en un ejemplo de las frustraciones que experimentan los repartidores día tras día. Alba expresa en su video cómo la actitud de los niños, que suelen jugar con el telefonillo sin entender las implicaciones, también contribuye a la demora en las entregas. "No sabéis la cantidad de tiempo que hacen perder los niños, muchas veces, porque les hace gracia el telefonillo", lamenta Alba, quien se siente "como una perturbada mental" cuando intenta verificar si están en casa o no.

Lo que para muchos podría parecer una anécdota, resalta la importancia de ser eficiente y consciente del tiempo en la vida diaria, especialmente cuando otras personas dependen de ello para completar su trabajo. Alba, cansada de situaciones como estas, pidió a los vecinos que se responsabilicen de sus entregas y eviten complicar la tarea de los repartidores, especialmente cuando ya es tarde y todos quieren llegar a casa.

Este tipo de relatos no son nuevos. Los repartidores a menudo se enfrentan a situaciones complicadas que retrasan su trabajo y generan tensiones innecesarias. Aunque es comprensible que en ocasiones haya problemas logísticos o imprevistos, el respeto y la cortesía son esenciales para facilitar el trabajo de quienes se encargan de llevarnos nuestros paquetes. Como Alba misma dijo, "si son las 9 de la noche y estáis en casa, salid vosotros", destacando la importancia de la responsabilidad y el respeto hacia el tiempo de los demás.

Cartero de Correos caminando por una calle de San Lorenzo de El Escorial, Comunidad de Madrid

Alamy Stock Photo

Cartero de Correos caminando por una calle de San Lorenzo de El Escorial, Comunidad de Madrid

Este incidente ha abierto un debate sobre la falta de empatía y la necesidad de mejorar la organización y comunicación en la recepción de paquetes, algo que debería ser considerado por todos, tanto por los repartidores como por los destinatarios.

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