Lorca vuelve a instalar toldos en el casco histórico para combatir el calor

o como medida para combatir el calor ambiental, ya que está testado que rebajan la temperatura del suelo entre diez y 15 grados centígrados.

Es el sexto año consecutivo que el ayuntamiento despliega estos toldos, que hasta 2021 formaron parte de una experiencia piloto del proyecto europeo Life Adaptate contra el cambio climático, para evaluar el efecto de esta solución contra el calor urbano.

Ante el éxito de la experiencia el consistorio decidió adquirir los toldos ignífugos usados en el proyecto y desde 2022 asume los costes de su instalación y desmontaje, que ronda los 115.000 euros.

Los toldos se instalarán en la calle Corredera y Alporchones, y se suman a los que han quedado instalados de forma permanente en la plaza Arcoíris.

El consistorio tiene intención de ampliar esas zonas de sombra y está previsto que este año verano también se cubra con toldos la calle Pío XII.