La Virgen de la Fuensanta se despide de Murcia en la vuelta a su Santuario

La Virgen de la Fuensanta regresa a su Santuario este martes, 16 de abril. El Ayuntamiento de Murcia y la Policía Local han elaborado un plano con el itinerario de la Romería para que los ciudadanos sepan cómo desplazarse por el municipio.

Después de permanecer en la Catedral de Murcia durante la Cuaresma y la Semana Santa, la patrona de la ciudad de Murcia, la Virgen de la Fuensanta, emprendía el regreso a su santuario en Algezares junto a cientos de fieles que la han estado acompañando durante toda la jornada.

Monseñor Lorca Planes, obispo de la Diócesis de Cartagena: “Es un día precioso y la manifestación de la gente, aunque hoy es un día de trabajo, está diciendo que miremos, que prestemos atención porque es un acontecimiento muy importante. Yo le pedía que la lluvia fuera al menos en la cabecera de los pantanos para que pudiera recogerse el agua... Eso sí que es verdad que se ha cumplido. Lo que sí que hay que pedirle a la Virgen es que nos mire con misericordia. No solamente por los temas del agua sino por otras tantas cosas... La violencia, las guerras, las bombas que están cayendo... Y que ella, que es la reina de la Paz, nos ayude también a vivir en paz”.

Todo comenzaba a primera hora de la mañana, antes de la salida de la Morenica por las calles de Murcia. Muchos fieles han acompañado a la Patrona en la celebración eucarística presidida por el obispo de la Diócesis de Cartagena, Monseñor José Manuel Lorca Planes. A las 8 de la mañana la Virgen de la Fuensanta emprendía su vuelta a Algezares rodeada de murcianos, entre vivas.

FIELES

Una de las mujeres que acompañaba esta mañana a la Fuensanta, iba junto a su bebé recién nacido. “Yo le hice una promesa, que si me bendecía con una cría venía a verla”.

Un sevillano que reside en Murcia tampoco se pierde esta cita desde el año 83. “En la bajada de septiembre fue cuando vi a la Virgen en la calle por primera vez y, desde entonces, aquí estoy con ella”, confesaba en COPE este hombre.

“Es la tradición que hacemos todos los años y la acompañamos hasta donde podemos. Desde que éramos pequeñas. Toda la vida. Con mi madre, con nuestras tías. Con nuestros padres y nuestro tíos comíamos en el monte y luego, al atardecer, para abajo”, explicaban dos señoras.