Los mejores momentos de la Semana Santa de Sevilla
Misión complicada es destacar sólo cinco momentos de un acontecimiento de una envergadura tal
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Misión complicada es destacar sólo cinco momentos de un acontecimiento de una envergadura tal, como es la Semana Santa de Sevilla. Por un lado podríamos decir que serían centenares de instantes dignos de destacar; miles si le preguntáramos a los sevillanos y estos nos hablaran de esos momentos únicos y personales que hacen tan especial su Semana Mayor y por otro, podríamos concretarlo en sólo uno: la Semana Santa en su conjunto, como universo de instantes sorprendentes, bellos, sobrecogedores y únicos, que posiblemente sólo se den en una ciudad única como es Sevilla.
Pero intentaremos ceñirnos al guión y destacaremos cinco instantes destacados de la Semana Santa sevillana. Evidentemente hay dos nombre propios que no pueden faltar en esta enumeración y que si no los nombráramos faltaríamos a la verdad o podría dar la sensación de quien ha hecho esta relación de momentos únicos de la Semana Santa de Sevilla, nunca ha estado en este acontecimiento. No obstante empecemos por el principio. El principio, el inicio, es un momento especial, porque el sevillano se asombra cada año con la realidad esperada durante meses, muy posiblemente, y no es un tópico, desde que concluyera la Semana Santa anterior. Pero en Sevilla, en Semana Santa nada es tan de cajón. ¿Dónde empieza la Semana Santa? ¿Cuándo la primera Cruz de Guía se echa a la calle abriendo el cortejo de la Hermandad del Porvenir o cuando la Borriquita sale del Salvador? En cualquier caso el Domingo de Ramos, con las primeras impresiones, es un instante fundamental de la Semana Santa sevillana. El Lunes Santo se produce otro hito esperado por miles de personas. En esta jornada la trianera hermandad de San Gonzalo irrumpe en pleno corazón de la ciudad, con un formidable paso de tribunal que es llevado por su cuadrilla de costaleros “al trianero modo” y que es un auténtico espectáculo, en todos los sentidos. Dos momentos excepcionales tienen lugar en una jornada que es de por sí un auténtico compendio de la esencia de la Semana Santa. En la Madrugá salen a la calle la Macarena y el Gran Poder. Imágenes que suscitan la veneración de miles de personas, no ya en Sevilla o Andalucía, sino podríamos decir que en todo el mundo. Amplia es la literatura que a lo largo de los últimos siglos y que ha intentado explicar qué supone la presencia de estas dos imágenes de devoción universal en las calles de Sevilla.
Y si emocionante es el inicio el final no lo es menos. Sentir la nostalgia de la despedida de una Semana Santa, viendo cómo la Virgen de la Soledad de San Lorenzo escucha la última saeta antes de dar por cerrados estos días únicos que se viven en la ciudad hispalense, es un instantes, que, o bien nadie quiere perderse o, si alguien lo ve por primera vez, jamás olvidará. Momentos inolvidables, como inolvidable es Sevilla en Semana Santa.