Al fin, el diálogo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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He tenido ocasión de asistir a un encuentro secreto mantenido por el presidente Mariano Rajoy y el de la Generalidad, Carlos Puigdemont. No me pregunten como ha sido posible esta cita ni tampoco donde ha sido. Pero se de buena fuente que un mediador internacional –puede que Tony Blair- consiguió ponerlos de acuerdo para que pudieran dialogar sin condiciones previas. Esto fue lo que escuché:
Puigdemont: Te agradezco, presidente, que hayas accedido a tener un diálogo conmigo para ver si encontramos una solución política a nuestras aspiraciones de independencia. Para empezar quisiera advertirte que mi decisión es irrevocable porque no puedo defraudar a quienes votaron en el referéndum del 1-O.
Rajoy: Si tu decisión es irrevocable no sé que hago yo aquí porque mi obligación es impedirte que declares la independencia de Cataluña. Pero, en fin, hemos hablado tanto de diálogo… Supongo que tendrás alguna propuesta que hacerme.
P.- Claro. Lo que tenemos que hacer entre los dos es llegar a un acuerdo para que pueda convocarse un referéndum con todos los requisitos legales, con su censo, sus mesas, sus síndicos, sus urnas transparentes, sus vocales de todos los partidos…
R.- Pero tu sabes que eso está prohibido por la Constitución. Nadie puede plantear una consulta para separarse de España, aunque yo mismo esté convencido que la respuesta sería negativa para tus aspiraciones.
P.- A eso voy. Yo tampoco tengo claro que ganaría el referéndum, pero lo importante es que hagas público que estás dispuesto a reconocer el derecho a decidir del pueblo catalán. Y podrás hacer campaña por el “No” con toda libertad.
R.- Pero antes habría que reformar la Constitución y tu has dicho ya que no participarás en ninguna comisión que debata esa reforma.
P.- Bueno, eso no es un impedimento. Yo hablaría con Iceta que está deseando llevarse bien conmigo y tú lo hablarías con Sánchez que estaría encantado de que hablen las urnas, él que es tan demócrata. Mira, como gesto de buena voluntad yo estaría dispuesto a mantener la suspensión de la declaración de independencia hasta que reforméis la Constitución, al menos en lo que se refiere a ese derecho a decidir. Incluso, si no tengo más remedio, estaría dispuesto a revocar les leyes de transitoriedad y de referéndum una vez que hagamos públicos nuestros acuerdos, sin ninguna ambigüedad.
R.- Tu sabes que si hiciera eso, cualquier autonomía podría apelar también al derecho a decidir y España dejaría de existir como Estado unitario.
P.- Sin embargo, tendrás que admitir que con las nacionalidades España ya es un reino de taifas. Solo habría que dar un paso más: que cada nación pueda elegir entre ser independiente o seguir unida al Estado español.
R.- ¿Pero no te das cuenta que eso dinamitaría la propia Unión Europea y que nadie en su sano juicio admitiría en Europa algo así? ¿Estarías dispuesto, acaso, a que le pregunta del referéndum indicara claramente que la independencia significaría la salida de Cataluña la UE?
P.- Mira, eso son paparruchadas. Precisamente para no disgregar a Europa, no nos echarían como tu crees, por mucho que lo digan la Merkel o el Macron ese… Además, Europa tiene que afrontar un proceso de refundación donde tendrían cabida todas las regiones que se independicen en el futuro y que están deseando ver a Cataluña convertida en una república.
R.- O sea que no solo pides la reforma de la Constitución española para que te puedas independizar, sino que también le pides a la UE que declare nulos los tratados de Roma y de Lisboa para que cualquiera se pueda independizar y crear así una Europa de las mil patrias…
P.- Puede ser así. Pero te digo una cosa: Si no tenemos referéndum legal en Cataluña, mi partido quedaría en minoría y aquí tendríamos un Govern formado por Esquerra y la CUP. O sea, la revolución.
R.-Y si yo accediese a esas pretensiones tuyas quien perdería las elecciones en España sería el PP y tendríamos otro Frente Popular y el desmantelamiento de todas las instituciones, incluida la monarquía. De la dictadura de Franco pasaríamos a una dictadura chavista. Mira, Carlos, lo que has hecho hasta ahora es un ataque a la línea de flotación de la democracia surgida del consenso de 1978. Lo que tienes que hacer es muy simple: que vayas al Congreso de los Diputados para exponer libremente tus ideas…
P.- Eso sería meterme en la boca del lobo. Allí echarían por tierra todos mis planes porque somos una minoría, incluso contando con el apoyo de Podemos y del PNV. No puedo suicidarme…
R,- Pues eso tiene remedio. En vez de declarar la independencia, disuelve el Parlament y convoca elecciones. Es lo más sensato, antes de que no tenga más remedio que aplicar el articulo 155 de la Constitución que te dejaría inhabilitado. Y no olvides que una cosa es la política y otra la acción judicial que sigue sus propios caminos. Tu has cometido varios delitos gravísimos, desde sedición a malversación de fondos públicos y prevaricación. O sea que dar marcha atrás o el futuro que te espera es bastante sombrío-
P.- Eso estaría por ver. Yo tengo de mi lado a la CUP y la CUP tiene miles de matones que se lanzarían a la calle para proclamar la república por la fuerza. ¿Piensas acaso mandar a los tanques a Cataluña? El mundo entero te condenaría…
R.- ¿Me estas chantajeando otra vez? Los tanques no tienen que ir a Cataluña: si los Mossos no son capaces de imponer el orden público en caso de turbamultas, allá tu. Yo solo tendría que actuar para defender las instituciones legales y, por supuesto, dejar que la Justicia siga su curso.
P.- ¿Entonces para que nos hemos reunido?
R.- Eso mismo digo yo. El diálogo solo es posible desde la realidad y para buscar la verdad de las cosas. Y la verdad es que tú te has rebelado contra el Estado que te dio los poderes para gobernar. Todo lo que ocurra a partir de ahí es consecuencia de tus actos. De modo que adeu.