¿Dónde está Dios en esta pandemia?

Vivimos tiempos difíciles y extraños. También, sin duda en nuestra relación con Dios. Las malas noticias, la enfermedad, la falta de comunicación, las restricciones... todo complica la vida a la que estábamos acostumbrados. También nuestra vida de fe. Por eso el profesor de teología de la Universidad Pontificia de Comillas, Ángel Cordovilla, ha publicado el texto 'Escuchar a Dios en tiempos de Pandemia'.

¿Cómo acercarnos a Dios y cómo mantener nuestra relación con Él en estos tiempos llenos de complicaciones? Cordovilla asegura que hay que escuchar: "Suele ser una voz tenue que hay que saber escuchar y discernir. Lo digo para evitar una lectura de la situación de que Dios nos quiera hablar a través de actos catastróficos. Habitualmente su palabra es serena y se escucha en la calma más que en las disputas o los ruidos que nos distraen".

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Durante este año hemos aprendido muchas cosas: "La impresión que tengo es que el aprendizaje es que somos vulnerables. Somos relación y también con la naturaleza. Todas las instituciones que los humanos generamos para nuestra vida social. Y a veces les pedimos demasiado y a veces endiosamos a la ciencia, a la política e incluso a la religión. La pandemia nos dice que a vida y la muerte se escapa del poder del ser humano. Esto hay que saber reconocerlo. Debemos exigir y pedir, pero en el límite que nos pueden dar esas otras actividades".

Si Dios está en esta situación un cristiano debe saber que él no es el causante.

Dios nos habla en las situaciones y también en nuestras dificultades, y el profesor afirma que "el agotamiento también es una palabra que usamos mucho. Hay una fatiga colectiva. Respondimos con entusiasmo en el primer momento y fue admirable el ejemplo de infinidad de personas que respondieron de forma solidaria. Luego hemos visto la dificultad de mantener esta acción moral cuando no está apoyada por un sentido que vaya mucho más allá. La teología cristiana sabe que la tendencia al bien ha de ser sanada, fortalecida, consolidada... por eso hablamos de gracia de Dios".

"Si Dios está en esta situación un cristiano debe saber que él no es el causante. El virus no es un castigo que dios manda para llamarnos a la conversión. Esta situación tenemos que leerla como un momento en el que Dios nos invita a una conversión y nos da una palabra. Pero también como fuerza para que seamos capaces de transformarnos y transformar esta realidad".