La evocación del genial compositor Ennio Morricone realizada por un cardenal de la Iglesia
El famoso compositor de bandas sonoras ha fallecido a los 91 años
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Falleció ayer en Roma a los 91 años “con el consuelo de la fe", conservando hasta el final una completa lucidez y una gran dignidad. Había comenzado su carrera musical graduándose como trompetista y director de orquesta en el Conservatorio de Santa Cecilia y llegó a componer más de 500 bandas sonoras, incluyendo las de "Cinema Paradiso" y "La Misión". En 2019 había recibido de manos del Papa Francisco la Medalla de Oro del Pontificado "por su extraordinario compromiso artístico”, que siempre reflejó su dimensión religiosa. Ennio Morricone había revelado que cada mañana, al levantarse muy temprano, lo primero que hacía era rezar una hora ante una imagen de Cristo. Para él la música era “el único arte que se acerca verdaderamente al Padre eterno y a la eternidad”.
Nada más conocer su muerte, el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, escribió en un tweet: "Le confío a Dios para que le acoja en la armonía celestial, asignándole quizás la tarea de alguna partitura para ser ejecutada por los coros de los ángeles", y también envió un abrazo a su esposa María, con la que compartió su vida hasta el último suspiro.
Ravasi ha recordado dos acontecimientos significativos de su vida: la estancia en Polonia, cuando preparó un oratorio para Juan Pablo II y la entrega de la Medalla de Oro del Pontificado en nombre del Papa Francisco en abril de 2019. El cardenal recuerda que Morricone le confió más de una vez que para él la música era, en cierto modo, el lenguaje de la trascendencia, el lenguaje que narra el Misterio. Incluso cuando la temática era secular, su belleza nos lleva paso a paso hacia lo eterno y lo infinito.
En una ocasión el cardenal le invitó a una sesión plenaria del Consejo Pontificio para la Cultura para hablar sobre la belleza y entonces habló de dos grandes experiencias: la auditiva, donde la escucha es fundamental, y la visual, que es el descubrimiento de cómo la música evoca, hace intuir, consigue representar los hechos de forma eficaz. Esto se ve muy claro si repasamos las películas de las que compuso la banda sonora. Hay un hilo musical que va de la mano de la imagen, por ejemplo en “La Misión”. El cardenal Ravasi concluye diciendo que debemos estar agradecidos a Ennio Morricone por haber sido capaz de expresar lo inefable y lo invisible al mismo tiempo, que son el alma de la religión.