Fr. Jean Ariel Bauza-Salinas, O. P.:"Pienso que santo Domingo nos pide que aportemos caridad"

Se cumplen 800 años del fallecimiento de santo Domingo de Guzmán, el fundador de la Orden de Predicadores, los dominicos. Una de las grandes órdenes en la historia de la Iglesia Católica, con un amplio recorrido de predicación, de anuncio del Evangelio, de misión y de caridad en los cinco continentes. Con este motivo, la Santa Sede ha otorgado a la Orden y a todos aquellos que se siente vinculados a ella un Año Jubilar, que comenzó el pasado 6 de enero. Para hablar de la figura del fundador y de cómo se va a desarrollar este Año Jubilar, en 'El Espejo' hemos hablado con Fr. Jean Ariel Bauza-Salinas, O. P., el secretario general de los dominicos.

La Orden de Predicadores nació en un momento de crisis, como el que vivimos ahora. Fr. Jean Ariel recordaba que los dominicos, fieles a su carisma, tienen mucho que aportar en este contexto. "Si nosotros nos fijamos en la persona de santo Domingo, nos muestra muy bien lo que nosotros podemos aportar. Pienso, sobre todo, en una obra de caridad. En Palencia, durante sus estudios, Domingo vendió sus libros para ayudar a los pobres, y dice que no quiere estudiar sobre pieles muertas cuando hay gente que muere de hambre. Me parece que es bueno recordarlo, porque se dice que los dominicos somos intelectuales. Pues bueno, antes que intelectuales, estamos convocados a esta llamada de la humanidad".

El lema de este Año Jubilar es En la mesa con santo Domingo. El secretario general de los dominicos señalaba que nace de una impresión artística. "Una de las primeras representaciones de santo Domingo es una pintura sobre una tabla en la que aparece sentado en una mesa rodeado de una treintena de frailes de todas las naciones. Podemos decir que esta mesa es la mesa de la providencia. Una mesa a la que Dios viene a dar el propio alimento, de su propio ser. Nos invita a compartir, a sentarnos juntos y expresar nuestras diferencias dentro de una unidad".

Fr. Jean Ariel también ha evaluado el estado actual de la Orden, presente en los cinco continentes. "Me parece que podríamos evocar, en los lugares y en los momentos en los que la cosa no va muy bien, que lo estamos leyendo como un kairós, como un momento oportuno. Si lo vemos así, un jubileo es el momento oportuno para despertar. Un tiempo para redescubrir las bases y fundarse nuevamente en la Palabra que nos da vida".