Mons. González Montes analiza la celebración de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

Estamos celebrando, como cada mes de enero, la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Una oportunidad para profundizar en el diálogo con nuestros hermanos de otras confesiones cristianas y rezar unidos en la ansiada unidad. En esta ocasión, la semana lleva por lema "Permaneced en mi amor y daréis fruto en abundancia". Para hablar de todo ello, ha pasado por 'El Espejo' de la Cadena COPE monseñor Adolfo González Montes, obispo de Almería y presidente de la Subcomisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso.

Mons. González Montes ha comenzado recordando que este año, esta semana se vive de una forma especial. El pasado mes de diciembre, la Santa Sede publicó un vademécum titulado El obispo y la unidad de los cristianos. Para el obispo de Almería, este documento "recapitula el estado del ecumenismo y nos introduce en lo que es posible y todavía sigue siendo meta que no hemos alcanzado. Y lo hace teniendo en cuenta que la dimensión ecuménica es de todo cristiano". Mons. González Montes también recuerda que el vademécum también incluye unas recomendaciones prácticas muy atinadas, también aborda cuándo y de qué manera podemos orar juntos, trata el diálogo teológico y, naturalmente, el diálogo de la vida: la acción pastoral, cómo podemos los cristianos trabajar juntos".

En ocasiones, las dificultades que encontramos en el diálogo interreligioso nos pueden llevar a una especie de cansancio. Para el presidente de la Subcomisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso, "si no hay talante espiritual que sustente el ecumenismo, éste también puede diluirse en compromisos que realmente son obra humana. El Único que nos puede llevar a la meta es el Señor. No cabe duda de que hay un cierto cansancio, una situación de impasse, en el sentido de que hemos dado pasos muy importantes y aparecen nuevas dificultades que vienen a echarlo todo otra vez abajo. Muchas son el resultado de nuestra falta de hondura en la fe. Lo primero es ahondar nuestra comunión con Cristo".