Mosul tiene nuevo arzobispo tras el asesinato de Mons. Paulos Farah, en 2008

Najib Mikhael Moussa ha tomado posesión como arzobispo caldeo de Mosul en la iglesia de San Pablo con un mensaje de “coexistencia, amor y paz”, que pretende cerrar la trágica etapa de la dominación del Daesh que provocó terribles violencias y el exilio de todos los cristianos de la ciudad.

El nuevo arzobispo nació en Mosul en 1955 y fue ordenado sacerdote dominico a los 31 años. Durante varios años sirvió a la comunidad católica en la iglesia de Al-Saa (Nuestra Señora de la Hora), donde se ocupó de la conservación de 850 manuscritos antiguos escritos en arameo, árabe y en otras lenguas, además de cartas fechadas hace 300 años y cerca de 50.000 libros. Durante los años de ocupación del Daesh, trabajó intensamente en la ayuda a los desplazados de la Llanura de Nínive en el Kurdistán. Gracias a su formación como archivero, logró preservar parte del patrimonio cultural de Mosul que los fundamentalistas pretendían destruir.

Durante su ordenación episcopal, el patriarca caldeo, Louis Sako, subrayó que este nombramiento es una “fuente de esperanza” para toda la comunidad local. Los dos factores sobre los que deberá insistir son la reconciliación y la confianza entre la gente de la ciudad, que se ha perdido a causa de la violencia de los fundamentalistas. El nuevo arzobispo buscará reavivar el diálogo y alentar a los mismos musulmanes a la reconciliación y a la reconstrucción, teniendo como perspectiva una paz duradera. Además, tendrá que ayudar a los cristianos a “reparar los hilos que entretejen la historia de Mosul, hacer renacer las iglesias y lugares de culto" algunos entre los más antiguos e importantes para la Iglesia caldea, que son parte de la vida y de la historia de la ciudad.