"Me pregunto qué espía va por ahí preguntando dónde encontrar bombas... y encima por teléfono"

La directora de Fin de Semana de COPE reflexiona sobre la detención de dos españoles en Venezuela acusados de pertenecer al CNI y repasa otros temas de la actualidad

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¡Muy buenos días España! Bienvenido a tu programa, te estábamos esperando para entretenerte e informarte. Esto es la Cadena Cope y, si te incorporas por primera vez, somos todo un equipo a tu servicio. Me llamo Cristina López Schlichting y esto es Fin de Semana.

Que nos hemos comido la mitad de la cuesta de septiembre. Es domingo 15 y esto está comido. Como dice Nicolás Maduro, hay que ir poniendo el árbol de Navidad. Eso sí, empieza una quincena que va ser veraniega, con temperaturas más que agradables.

Y, hablando de cambios, acaba de detener a dos españoles. Dos jóvenes treintañeros que veraneaban en Venezuela y perdieron el contacto con sus familias. Han sido arrestados con la acusación gravísima de intentar un magnicidio para matar al propio líder venezolano y sus ministros. Se llaman José María Basoa Valdovinos y Andrés Martínez Adasme

El régimen chavista dice que son espías del Centro Nacional de Inteligencia y que conspiraban con la CIA y con otro ciudadano norteamericano, también ha sido detenido, de nombre Estrella David. Ha sido en Puerto Ayacucho y Diosdado Cabello, el ministro venezolano del Interior, afirma que los españoles fueron detenidos fotografiando el aeropuerto y preguntando por teléfono cómo conseguir explosivos.

Todo el relato es muy extraño. Me pregunto qué espía va preguntando por ahí dónde encontrar bombas. Y encima por teléfono. El Gobierno español ha desmentido que ambos jóvenes sean miembros del CNI y el Ministerio de Exteriores se ha movilizado para pedir, mediante una nota escrita, el acceso a los detenidos, que supongo es el primer paso para comprobar su estado e intentar protegerlos. 

Lo digo porque Diosdado Cabello anunció también que se les ha interrogado y “ya están confesando”, detalle que pone los pelos de punta.

José María Basoa tiene 35 años y Andrés Martínez Adasme tiene 32. Son vascos, viven en Bilbao y el pasado 9 de septiembre se alertó sobre su desaparición en Colombia mientras hacían turismo en Sudamérica. 

Tanto el hermano de Basoa como el padre de Adasme han confirmado que los jóvenes estaban de vacaciones: las familias se mantienen en silencio para favorecer las gestiones diplomáticas. Diosdado Cabello se ha referido a tres venezolanos que colaboraban con ellos, María Teresa Clavijo, de Aragua, Jormán Enrique Varillas y Jésica Isabel Aponte. Pretendían, señala, en primer lugar, asesinar a la alcaldesa de Upata, un municipio minero en la frontera de Brasil.

Este gravísimo episodio contra nuestros compatriotas ahonda la crisis abierta desde que la ministra Margarita Robles reconociese que el régimen venezolano es una dictadura y Caracas llamase a nuestra embajadora para amonestarla y a consultas en Venezuela a su representante en Madrid. 

Aunque las relaciones diplomáticas no se han roto y esta misma semana Jorge Rodríguez, hermano de la vicepresidenta Delcy Rodríguez, se reunió con el director de Repsol en Venezuela para tranquilizarlo, el régimen ha encontrado con el arresto de los dos jóvenes vascos una manera alternativa de apremiar a España e impedir cualquier paso de condena al régimen.

Esta semana se vota en Europa la aceptación de Edmundo González como presidente electo de Venezuela. Imaginaos el papelón de los españoles con dos compatriotas en los calabozos de Maduro.

En mitad de tan malas noticias irrumpe una muy positiva, la de que los grupos políticos han consensuado un texto para proteger, por fin, a los enfermos de ELA, Esclerosis Lateral Amiotrófica, la enfermedad que va paralizando con rapidez a los afectados hasta hacerlos dependientes de respiradores y ordenadores y que les exige tener varios cuidadores diarios. 

En estos momentos, como ha denunciado las asociaciones, los enfermos tiran la toalla y piden la eutanasia desesperados porque no pueden hacer frente al gasto.

La norma ha sido sucesivamente objeto de tres proposiciones distintas del PP, de Junts y del PSOE con Sumar y no había manera. Los socialistas han aceptado, por fin, un texto que recoge la supervisión y atención continuada 24 horas para los afectados por la enfermedad en estado avanzado, la potenciación de las investigaciones contra el ELA, la capacitación de los cuidadores profesionales y el impulso de la ayuda a los enfermos electrodependientes.

Y en el capítulo demencial de las agresiones a mujeres, que desgraciadamente es un fijo cada fin de semana, un hombre fue detenido ayer en Vigo tras rociar con gasolina y prender fuego a su ex pareja. La víctima, de 30 años, salía de su casa y tiene quemaduras en el 35 por 100 del cuerpo. Se ha detenido al varón que, por cierto, en 2010 ya había sido investigado por la muerte de su anterior pareja, por un disparo en su casa de Gonsomar. 

El arrestado ayer tenía armas ilícitamente pero no se le pudo vincular con la muerte de la primera joven de 24 años.

La agresión en Vigo se produce después de que hace una semana otro hombre rociara con salfumán a una mujer en Bétera (Valencia). Vamos adoptando los métodos criminales de India y otros países donde la mujer es nada, un despojo social al que maltratar…

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